Australia asegura que no se ha “lavado las manos” en el caso de Assange

El Gobierno de Australia aseguró hoy que no se ha “lavado las manos” respecto al caso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien teme ser juzgado en EE.UU. por haber filtrado miles de cables confidenciales de ese país.

Así lo aseguró en un comunicado el Ministerio de Exteriores de Australia en respuesta a un artículo publicado hoy por el diario local “The Age” en el que se acusa al Ejecutivo de Canberra de haberse “lavado las manos” ante un posible proceso en Estados Unidos contra Assange por supuesta conspiración y espionaje.

Esta semana se le preguntó en el Senado australiano al ministro de Exteriores, Bob Carr, si el Gobierno representaría a Assange en Estados Unidos o si el fundador de WikiLeaks tendría protección legal bajo la primera enmienda de la Constitución estadounidense, vinculada al derecho de libertad de prensa.

Carr respondió entonces que el Ejecutivo australiano no representaría a Assange porque “no afecta a los intereses australianos, según ”The Age“.

El Ministerio de Exteriores aclaró hoy que Carr explicó entonces que “no existen evidencias de que Assange haya sido acusado en Estados Unidos y que cualquier representación sería una mera especulación”.

Los temores de que Assange sea juzgado en Estados Unidos coincide con el actual proceso contra el soldado estadounidense Bradley Manning, quien facilitó más de 700.000 documentos clasificados a WikiLeaks y es acusado de haber puesto información clasificada “en manos del enemigo”.

Assange se encuentra desde hace casi un año refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres después de que la máxima instancia judicial británica autorizara su extradición a Suecia, donde es requerido por la justicia por supuestos delitos sexuales que él niega.

El exhácker australiano, quien cree es que objeto de una persecución política por haber divulgado información secreta, considera que de ser extraditado a Suecia podría ser llevado posteriormente a Estados Unidos para ser condenado por las filtraciones de WikiLeaks.

El caso Assange comenzó en diciembre de 2010, cuando fue detenido en Londres por orden de la fiscalía sueca, y desde entonces tres tribunales británicos, el último de ellos el Supremo, dictaminaron a favor de su entrega a Suecia.