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Beto O'Rourke, la juventud demócrata que quiso y no pudo

EFE

Washington —

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El excongresista Beto O'Rourke puso este viernes fin a su campaña para las elecciones de 2020 con un mensaje para la juventud demócrata, a la que pidió que “hable sin miedo” y luche para acabar con la “epidemia de la violencia armada” que desangra a Estados Unidos.

“En este momento no tenemos suficientes medios para avanzar en esta campaña con éxito. Mi servicio al país no será como candidato ni como aspirante de este partido para la Presidencia”, anunció O'Rourke desde un pequeño escenario en Iowa, estado simbólico por ser el primero en celebrar primarias.

El demócrata, de 47 años y que habla español con fluidez, estaba rodeado de voluntarios y seguidores jóvenes que antes de subir al escenario le recibieron con aplausos y gritos de “¡Beto, Beto!”.

“Comencé esta campaña -dijo O'Rourke- porque creo que tenemos la capacidad de unir a un país polarizado frente a la mayor cantidad de desafíos que jamás hemos visto, frente al desafío del miedo, el miedo a un presidente (Donald Trump) que quiere que sintamos miedo de nosotros, del que está junto a nosotros”.

La respuesta para salvar el futuro la tiene la juventud, repitió O'Rourke una y otra vez.

“Muchas veces las mejores ideas y el valor han venido de los más jóvenes. En estos momentos que definen la verdad, son los más jóvenes los que darán la respuesta”, pronosticó.

El demócrata pidió a los jóvenes que sigan adelante con su movimiento para acabar con la violencia armada y aprovechó para rendir homenaje a las 22 personas que perdieron la vida en agosto, cuando un hombre blanco abrió fuego contra los hispanos en un centro comercial de El Paso (Texas).

O'Rourke, que nació en El Paso y ocupó varios puestos en su Ayuntamiento, ha culpado de esa masacre a la retórica racista de Trump y ha liderado una exigente campaña para pedir un mayor control armamentístico.

Llegó incluso a exigir la prohibición de los rifles de asalto, una posición mucho más radical que el resto de aspirantes demócratas y que provocó un fuerte rechazo entre los republicanos, fieros defensores del derecho a portar armas protegido en la Segunda Enmienda de la Constitución.

Antes de concluir su campaña en Iowa, O'Rourke vistió la ciudad de Newtown (Connecticut), donde en 2012 un antiguo alumno de la escuela de Sandy Hook mató a tiros a 20 niños y seis profesores, en una de las matanzas más estremecedoras de la historia de EE.UU. y que despertó esperanzas sobre el control a las armas de fuego.

A pesar de su discurso contra las armas, popular entre las generaciones demócratas más jóvenes, O'Rourke ocupaba uno de los puestos más bajos en las encuestas con solo un 2% de intención de voto a nivel nacional, según el promedio elaborado por la web Real Clear Politics.

O'Rourke, congresista por Texas entre 2013 y 2019, saltó a la política nacional en 2018 cuando intentó sin éxito arrebatar al senador republicano Ted Cruz su escaño al Senado por Texas.

Pese a la derrota, lo apretado del resultado final en un estado tradicionalmente conservador como Texas le erigió como uno de los políticos más populares del país y logró recaudar millonarias aportaciones gracias a la expectación generada y su hábil uso de las redes sociales.

Casado y con tres hijos, el joven político anunció su campaña en marzo y fue capaz de recaudar 6,1 millones de dólares solo en su primer día como aspirante a la Casa Blanca.

Sin embargo, conforme avanzó el tiempo y aumentaron los candidatos, el excongresista comenzó a enfrentarse a dificultades financieras y su popularidad bajó, especialmente tras una mediocre actuación en los debates presidenciales, donde era difícil destacar entre una veintena de candidatos.

Hijo de un juez de condado, después de recorrer el país en sus tiempos universitarios como bajista de una banda de punk y estudiar en la Universidad de Columbia de Nueva York, O'Rourke regresó a El Paso para lanzar una compañía de internet.

En el ámbito económico, se encontró en el centro de la agenda demócrata, especialmente por su defensa del libre comercio.

O'Rourke deja tras de sí una disputada contienda para la primarias demócratas en las que quedan 17 aspirantes, entre ellos el senador Bernie Sanders, el ex vicepresidente Joe Biden, las senadoras Kamala Harris y Elizabeth Warren, y el alcalde de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg.

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