Bruselas aprieta con los presupuestos más de lo que reconoce el Gobierno y menos de lo que dice Pablo Casado
¿Qué dice exactamente Bruselas de los planes presupuestarios del Gobierno para 2019? Pues ni lo que dice Moncloa ni lo que dice Pablo Casado.
Lo primero que dijo Bruselas, hace un mes y por carta, fue lo siguiente:
Eso decía la primera comunicación oficial por escrito y oficial de Bruselas: dudaban de que se pudiera llevar a cabo el ajuste estructural pedido, llamaban la atención sobre las desviaciones en el déficit, pedían más información y alertaban de que el texto que realmente quieren es el que vaya al Parlamento, cosa que aún no ha ocurrido que puede no llegar a ocurrir si los nacionalistas e independentistas –o Ciudadanos– siguen sin apoyar los Presupuestos.
Desde entonces, han pasado varias semanas, y se ha llegado al informe de Bruselas sobre las previsiones económicas para los próximos dos años. Y, en ese informe, también hay llamadas de atención.
Ese impacto negativo del salario mínimo lo cifran fuentes comunitarias en unos 70.000-80.000 puestos de trabajo que se dejarían de crear. En cuanto a su impacto sobre la recaudación, el Ejecutivo comunitario estima que será menor que los 1.500 millones que calcula el Gobierno, pero no se alejará mucho. Así, Bruselas piensa que el aumento de la base mínima de cotización elevará la recaudación en unos 750 millones y que los efectos secundarios derivados la aumentarán hasta superar los 1.000 millones.
¿Y qué dijo Nadia Calviño hace unos días a su llegada al Eurogrupo, antes de abrir la puerta a una prórroga presupuestaria ante la falta de apoyos para las cuentas? “No he notado preocupación por parte de la Comisión Europea. No noto una preocupación especial, estamos en una fase normal de intercambio de información con las instituciones comunitarios. El Gobierno de España tendrá puntualmente informada a la Comisión de cualquier desarrollo y cualquier cambio se produzca entre ahora y la presentación de los presupuestos”.
En el otro lado, ¿qué ha dicho Pablo Casado? Lo primero, en Bruselas, fue lo siguiente: “Hay unos presupuestos que van a suponer más déficit, más deuda y más paro. Quieren financiar una campaña electoral larga de dos años, como pasó con Zapatero, para poder gastar 6.000 millones de euros más en promesas innecesarias, y seguramente incumplidas, a costa del futuro del déficit, la deuda y el paro de los españoles”.
Pero Bruselas no ha dicho que las cuentas vayan a suponer más déficit, más deuda y más paro. Al revés, está diciendo que bajarán esos tres conceptos, si bien menos de lo previsto.
Sin embargo, el presidente del PP, hace unos días dijo en Helsinki:
“Lo que yo anticipaba sobre el presupuesto se ha confirmado con la comunicación de la Comisión”, afirmaba Casado sobre las previsiones económicas publicado el jueves. Pero en ese informe no se dice que los presupuestos supongan una campaña electoral ni que haya “mentiras”, como dice Casado. Pero lo que dice sí se parece más a otra cosa que dice Casado: “Ni les cuadran los ingresos [por poco] ni les cuadran los gastos [también por poco]”. ¿Es lo mismo mentir en las cuentas que tener un descuadre en las cuentas?
Bruselas está presionando a España con los presupuestos menos de lo que dice Pablo Casado, más de lo que reconoce el Gobierno y quizá tampoco tanto como quienes hasta el momento se están resistiendo a aprobarlos en el Congreso. Pero, eso sí, entre unos y otros, la presión es mucho más de lo que les gustaría a la ministra de Economía, Nadia Calviño, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.