El juez colocó un micrófono en el despacho de Ignacio González tras los chivatazos
El entonces juez instructor de la operación Lezo, Alejandro Abascal, ordenó que se colocase un micrófono fijo en el despacho de Ignacio González para sortear las precauciones que mantenían los investigados en sus conversaciones telefónicas, según ha revelado la Cadena Ser este martes.
El cambio de hábitos en las conversaciones mantenidas por teléfono levantó las sospechas de que los investigados fueran conscientes de que eran objeto de la operación, aunque el fiscal jefe de Anticorrupción, Manuel Moix, ha asegurado a la emisora en una entrevista esta mañana que no le consta ninguna filtración. Según el fiscal, el micrófono no se colocó ante los chivatazos sino como parte de la investigación que se estaba llevando a cabo.
En concreto, agentes especializados de la Guardia Civil entraron durante la madrugada con una ganzúa en el despacho en el que González ejercía como abogado y colocaron un micrófono camuflado, con la presencia del secretario judicial. El juez Eloy Velasco heredó la orden de Alejandro Abascal y continuó con ella.
Aunque Ignacio González tenía un sistema de encriptación en su teléfono móvil, en su despacho hablaba con total libertad. El micrófono habría aportado importantes avances en la investigación en las cuestiones relativas al blanqueo de dinero y la facturación falsa, según las fuentes jurídicas citadas por la Ser. De hecho, en el auto del juez se hace mención expresa a estas escuchas: el magistrado habla de “captación de las comunicaciones orales” que habrían permitido conocer que el expresidente de la Comunidad de Madrid “parece haber recibido un documento” sobre una cuenta en Suiza.
Además del micrófono fijo en el despacho de González, también se hizo uso de otros dispositivos portátiles de última generación y alta potencia. Aunque la medida es inusual en las investigaciones por casos de corrupción, está contemplada en la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 2015 en los casos que son especialmente graves.
Pese a sus cautelas, el teléfono móvil de Ignacio González ha sido clave en la investigación de la Audiencia Nacional. Las conversaciones que mantuvo el expresidente de Madrid revelan que buscaba fórmulas para blanquear dinero junto al exministro Eduardo Zaplana, según los autos judiciales. Cuando González sustituyó a Esperanza Aguirre al frente de la presidencia de la Comunidad, contrató un sistema a través de la Agencia de Informática de la Comunidad de Madrid (ICM) con el objetivo de encriptar los teléfonos que costó a las arcas públicas 117.394 euros, según adelantó también la cadena Ser.
