El comunicado de ETA centra los editoriales de los principales periódicos

Los principales periódicos dedican hoy sus editoriales al comunicado de la banda terrorista ETA en el que asume su “responsabilidad directa” en el “sufrimiento desmedido” que ha padecido la sociedad vasca, una declaración que ha merecido críticas casi unánimes por establecer diferencias entre las víctimas.

El País advierte de que, aunque cualquier paso hacia la disolución de ETA ha de ser bien recibido, la banda terrorista no puede esperar el aplauso de la sociedad a la que “sus pistoleros amedrentaron durante tantos años”, y considera “obscena” la distinción que hace entre sus víctimas “como si la mayoría fueran responsables y/o culpables de los ataques que ellas mismas sufrieron”.

El Mundo califica el comunicado de un “texto trampa” que solo persigue la impunidad y cree que “la cínica fórmula de pedir perdón solo a una parte de sus víctimas persigue ganarse a la opinión pública”. Sostiene además que el Gobierno no debe negociar privilegios penitenciarios para los terroristas de la banda encarcelados.

Para ABC, ETA no merece un ápice de reconocimiento por su comunicado, que califica de “inmoral”, y recalca que “la dignidad nacional no puede consentir que los asesinados por ETA mueran por segunda vez.

También habla de cinismo etarra el editorial de La Razón, que asegura que con este comunicado la banda terrorista no solo no ha pedido perdón “sino que se ha permitido el lujo de volver a atacar a las víctimas. Dice que ETA pretende ”un lavado de imagen imposible, por mentiroso“.

La Vanguardia señala que el comunicado etarra es una buena noticia aunque “la discriminación de las víctimas que hace es inaceptable” y cree que sería bueno que esa petición de perdón viniera acompañada de la contribución de los etarras al esclarecimiento de los cerca de 300 crímenes cometidos por la banda y todavía impunes.

El Correo, editado en Bilbao, considera que ETA “intenta salvar su pasado” a dos semanas de su “desaparición formal” y asume el daño causado “no como algo injusto, sino como una mera constatación”.