Condenado a seis años de prisión un marroquí por formar una célula local del Daesh para hacer la “yihad de la palabra”

La Audiencia Nacional ha condenado a seis años de cárcel por un delito de colaboración con banda terrorista al ciudadano marroquí Abdalá Lachiri, por constituir una célula local autónoma que servía como aparato de propaganda del Estado Islámico y que la difusión de material vídeos, textos e imágenes favorables a esta organización determinan su participación en la “yihad de la palabra”.

La Sección Primera de la Sala de lo Penal apunta en una sentencia que el acusado, detenido en 2016 en Valencia, se encuadraba entre los autodenominados 'luchadores-activistas informativos' del Estado Islámico y destaca que, para la consecución de estos fines, entre octubre de 2015 y junio de 2016, utilizó al menos 13 perfiles que llegaron a contar con más de 22.597 amigos y seguidores.

El Ministerio Público pedía para el acusado diez años de prisión al considerarle plenamente integrado en el Daesh y contar con un entramado de perfiles en redes sociales con los que transmitir el ideario yihadista y captar futuros combatientes. El acusado, por su parte, negó los hechos durante la vista oral celebrada en mayo y dijo que condenaba el terrorismo “en todo el mundo”.

Ahora el tribunal considera probado que, como consecuencia de su “larvado proceso de radicalización”, publicó a través de las redes sociales su lealtad al Estado Islámico intentando además mediante la retórica convencer a sus interlocutores para que interiorizasen los postulados de la organización terrorista.

“SACRIFICIO TOTAL LLEGANDO AL MARTIRIO”

De esta forma, Lachiri favoreció los postulados y acciones del EI “por muy atroces que parezcan” y mostró un compromiso personal “evidente” ya que, como dijo en el juicio, no se opondría a que sus hijos reventaran Francia, tras los atentados sufridos en dicho país.

“Aprovechaba los debates que suscitaba en sus intercambios en la red para ojear potenciales candidatos, además de realizar tareas de propaganda, elaboración y difusión de mensajes antisemitas, de incitación al odio, de justificación y enaltecimiento de la yihad, la violencia y el sacrificio total llegando al martirio terrorista, incluyendo el menosprecio o humillación de las víctimas de los atentados”, razona el tribunal.

La sentencia afirma que Lachiri constituía en sí mismo un célula local autónoma y que asumía el ideario de la organización terrorista hasta el punto de resultar un referente para los simpatizantes y adeptos, por lo que constituía una prolongación de este grupo en España.

CENSO DE POTENCIALES CANDIDATOS

Además, considera que los objetivos eran formar un censo de potenciales “candidatos”, simpatizantes con la causa yihadista que asumieran y participasen de los medios y procedimientos violentos propios de la organización terrorista en concordancia con sus líneas estratégicas y que, llegado el caso, podría incluir la comisión de atentados.

Los magistrados explican además que las pruebas practicadas durante la vista oral deben ser consideradas “válidas y eficaces” como medios probatorios y que consta acreditada la relación existente entre Lachiri y terroristas en la zona de conflicto.