Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

La política en cuarentena: los servicios mínimos de las instituciones que mantienen el país en pie

Imagen panorámica de un Congreso casi vacío durante el debate de la prórroga del estado de alarma.

Aitor Riveiro / Irene Castro

0

España está en stand by. Como medio mundo. Se ha reducido el consumo energético, el uso del transporte público y los viajes en tren o avión. Casi toda la actividad comercial se ha paralizado. También la producción de bienes o el turismo. La crisis sanitaria provocada por el virus SARS-CoV-2 ha devenido en un cierre parcial del país que mantiene a millones de personas confinadas en sus casas, sin tener muy claro hasta cuándo, mientras otras acuden a trabajos más o menos imprescindibles para el sostenimiento mínimo del país. Todo está centrado en el coronavirus. También la actividad institucional. Gobiernos, parlamentos y ayuntamientos dedican todos sus esfuerzos, en servicios mínimos, a afrontar la pandemia.

El cierre parcial del país decretado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para intentar frenar la expansión del SARS-CoV-2 ha afectado de forma directa a la actividad de los centros de poder en España. Desde el Congreso hasta el último salón de plenos municipal, pasando por las asambleas autonómicas, la clausura es casi total. Las imágenes del último Pleno del Congreso, celebrado este miércoles y que terminó al filo de las dos de la madrugada del jueves, son elocuentes.

Lo primero que se ha visto afectado a nivel institucional es la agenda legislativa del Gobierno. El calendario que el Ejecutivo de Pedro Sánchez había trazado para este primer año ya no vale. La última gran apuesta que vio la luz fue la ley de libertad sexual, cuyo proyecto aprobó el Consejo de Ministros el 3 de marzo. Menos de un mes después ya no está claro siquiera que se vayan a poder aprobar antes del verano los Presupuestos Generales del Estado, lo que llevaría al país a acumular un segundo ejercicio completo de prórroga de las Cuentas Públicas de 2018.

El Poder Legislativo también ha visto sus planes truncados. Tanto a nivel estatal como autonómico. El Congreso y el Senado han cancelado toda su actividad no esencial. El último Pleno en la Cámara Alta fue más una reunión fugaz de un puñado de senadores para ratificar un protocolo inaplazable. La Mesa del Senado ha aprobado suspender los plazos de tramitación ya en marcha. Los registros permanecen abiertos, de forma telemática, por lo que se pueden registrar iniciativas. Pero solo se verán aquellas que, por imperativo legal y constitucional, no se puedan aplazar.

Fue lo que ocurrió este miércoles en el Congreso, que vivió un Pleno atípico en el que se convalidaron cinco reales decretos del Gobierno y la prórroga del estado de alarma. La legislación no permite convocar la Diputación Permanente cuando el periodo de sesiones está activo, así que un puñado de diputados y de miembros del Ejecutivo debatieron hasta la madrugada del día siguiente en un Hemiciclo desangelado, que a las ocho de la tarde interrumpió sus discursos para sumarse al aplauso que cada tarde los españoles dan desde sus balcones a los sanitarios y a todas las personas que luchan contra la propagación del virus y sus consecuencias.

A consecuencia de los asuntos a tratar en el Pleno, en los días previos tuvieron actividad las comisiones de Trabajo, Agricultura y Consumo, así como Economía, Trabajo y Sanidad, explican desde el grupo socialista a eldiario.es.

Además, por primera vez el voto telemático fue masivo. La Mesa del Congreso ha acordado una excepción a la norma ya que, en puridad, la regla obliga al voto presencial salvo en circunstancias muy tasadas. Y el confinamiento generalizado por una pandemia vírica no estaba recogido entre las opciones. Así que los grupos también tuvieron que preparar, a distancia, las votaciones. No solo de los decretos, también de su posterior tramitación, o no, como proyectos de ley. Además, la prórroga del estado de alarma llevaba aparejadas varias resoluciones que también se sometieron al Pleno.

Para todo lo demás, la vida parlamentaria está detenida. Los grupos, que tienen a la mayoría de sus diputados diseminados por todo el territorio y cumpliendo también la orden de confinamiento, mantienen sus reuniones por videoconferencia. Así prepararon muchos, por ejemplo, la sesión del miércoles. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, intervino en el debate sobre la derogación del artículo que permitía el despido objetivo por acumulación de faltas médicas justificadas. Leyó el discurso, dijo al comenzar, que debía leer su compañero Jordi Salvador, portavoz habitual en asuntos laborales.

En el caso del PSOE, el miércoles salieron a la tribuna Omar Anguita, Isaura Leal, Rafael Simancas y Adriana Lastra. “Antes hay un trabajo detrás de preparación con los compañeros, además de hablar con el resto de grupos y de negociar.

Otros grupos han optado por no asistir a los plenos, ante la imposibilidad jurídica de participar por videoconferencia. Es el caso de Junts per Catalunya, cuya portavoz, Laura Borrás, ofrece su posición en los debates a través de la redes sociales. O del portavoz de En Comu Podem, Jaume Asens.

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, está embarazada y, por seguridad, ha optado por ausentarse. Su número dos en el Congreso, Edmundo Bal, está en cuarentena por el Covid19. El relevo en la tribuna lo tomó la diputada María Muñoz, después de la ausencia total del grupo la semana anterior, en un pleno monográfico sobre el coronavirus en el que no hubo votaciones.

Diez horas después de levantarse el Pleno se reunió la comisión de Sanidad para escuchar las explicaciones del ministro Salvador Illa sobre la crisis del SARS-CoV-2. En los días previos, los grupos utilizan todos los recursos que tienen para prepararse. “Funciona mucho el teléfono, los grupos de chats, el intercambio de información, los correos y en algunos casos las videoconferencias”, asegura un diputado. Los grupos de mensajería son un vehículo esencial: uno con los jefes de los grupos, otro por cada comisión, por territorio o para relacionarse con los demás grupos. Es el caso de la Junta de Portavoces o de la Mesa del Congreso, que ya emplea estos sistemas para comunicaciones más o menos informales desde hace meses.

La portavoz de Igualdad del PSOE, Laura Verja, explica que sigue manteniendo reuniones con sus compañeras, pero ahora todo centrado en el coronavirus. “Vemos la repercusión que tiene en cada una de las áreas que llevamos. En mi caso, en las víctimas de violencia de género que viven con su agresor”, señala. “También estamos en contacto con las administraciones de nuestro territorio. Hablo con alcaldes, con el presidente de la Diputación, intentamos agilizar que la gente tenga la información, hablamos con la subdelegacién del Gobierno, con los parlamentarios andaluces para ver qué están haciendo...”, añade Verja.

El ritmo, reconocen varios diputados consultados, no solo no ha bajado, sino que en muchos casos se añaden la responsabilidades familiares. Así lo asegura la eurodiputada de Unidas Podemos María Eugenia Rodríguez Palop a eldiario.es, quien vive desde su residencia en España la crisis.

A diferencia del Congreso, el Parlamento Europeo está cerrado físicamente. No se permite la actividad presencial. Todas las reuniones previstas para abril y mayo serán telemáticas. Esta misma semana, explica Palop, se ha reunido la dirección de su grupo parlamentario, el GUE, para ordenar el trabajo. Y el jueves, se reunió de forma extraordinaria, y telemática, el Pleno para abordar la aprobación de medidas destinadas a luchar contra el coronavirus. Sin debate y sin apenas poder aportar enmiendas.

Palop asegura que los diputados intentarán “continuar con la actividad en las comisiones, siempre por vía telemática”, pero el cierre hace que decaigan todas las iniciativas y misiones. La representante de Unidas Podemos tenía previsto asistir como integrante de la misión de la UE al plebiscito que estaba previsto en Chile para abrir un proceso constituyente en el país. El Gobierno sudamericano ha optado por posponer el referéndum al mes de octubre.

Además, los grupos tienen que reordenar todo su presupuesto, así como las fechas para ejecutarlo y las actividades programadas.

En la última semana, unas de las pocas noticias ajenas al coronavirus que ha conseguido asomar por encima de la marabunta de informaciones sobre la pandemia son las referidas a las presuntas cuentas opacas que tenía Juan Carlos de Borbón en Suiza, a la que habrían llegado 100 millones de dólares provenientes de Arabia Saudí y entre cuyos beneficiarios está, según la información aportada por la Fiscalía suiza, el actual jefe del Estado, Felipe VI.

Sobre esto ha sido, también, la única iniciativa registrada por los partidos sin relación con el coronavirus. ERC y EH Bildu han presentado en el Senado una proposición de ley para despenalizar las injurias a la Corona y que dejen de ser un delito.

No será hasta que termine la crisis sanitaria cuando la Cámara Alta trate este asunto. Entonces, todos los organismos y administraciones deberán recobrar, lo antes posible, su actividad habitual. Salir de la semihibernación a la que están sometidas. Casi todos los problemas y urgencias que tenía España antes de que se detuviera el reloj institucional seguirán ahí, probablemente con algunas más añadidas.

Etiquetas
stats