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El coronavirus vacía la Plaza Mayor de Madrid

El coronavirus vacía la Plaza Mayor de Madrid
Madrid —

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Madrid, 21 nov (EFE).- Sin turistas ni apenas madrileños, la Plaza Mayor de la capital languidece poco a poco desde que comenzó la crisis del coronavirus, con restaurantes y comercios prácticamente vacíos que aguardan con cierta esperanza la llegada de la Navidad para reactivar sus negocios.

Con el desconfinamiento, Madrid fue recuperando la vida en la calle y en sus comercios, pero en la Plaza Mayor el ritmo de vuelta a la normalidad fue y sigue siendo mucho más lento.

La crisis ha hecho mella en todos los locales ubicados en este céntrico lugar: los restaurantes y bares que venden bocatas de calamares, las sombrererías, las tiendas de filatelia y las de recuerdos, la oficina de información turística del Ayuntamiento y un hotel de lujo abierto hace poco más de un año.

En este mapa es fácil comprobar la situación de uno de los lugares de Madrid donde las consecuencias económicas de la pandemia son más visibles.

UNA PLAZA MAYOR SIN TURISTAS NI MADRILEÑOS

“Hay muchos locales cerrados. Es descorazonador darse una vuelta por una zona que estaba llena de vida. Ahora apenas hay personas, los negocios en alquiler o a la venta cada vez son más, apenas se sientan clientes en las terrazas y casi nadie se hace una fotografía con la estatua ecuestre de Felipe III”, lamenta el director de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, Héctor Coronel.

Reconoce que otras zonas aledañas del centro de Madrid como Lavapiés o La Latina sí han vuelto a la vida y experimentan una “pseudo normalidad” que no ha llegado a la Plaza Mayor.

Incluso el Mercado de San Miguel, un icono de la gastronomía madrileña próximo a este enclave, permanece cerrado temporalmente ante la falta de visitantes.

Y es que los turistas eran la principal fuente de ingresos de los negocios de la Plaza Mayor, que nota especialmente su ausencia ante la bajada de viajes durante la pandemia.

Por eso, el Ayuntamiento de Madrid cree que es necesario hacer un mayor esfuerzo desde las instituciones para revitalizar el turismo de los propios madrileños en su ciudad.

“Muchos no venían a la Plaza Mayor porque estaba llena de turistas. Ahora pueden disfrutar de ella, sin aglomeraciones, es un entorno fantástico para vivirla y disfrutarla”, comenta el director de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, que destaca la puesta en marcha de iniciativas como 'Vuelve al Centro', 'Vuelve a Madrid', 'Juntos somos un mejor Madrid' o 'Recuerdos de Madrid'.

LOS HOSTELEROS CONFÍAN EN LOS MADRILEÑOS PARA SEGUIR ADELANTE

Si hace un año la Plaza Mayor contaba con dos mil sillas que estaban repletas a cada ahora el día, ahora apenas reúne unas cuarenta. De los 19 locales de hostelería que se esconden en los pórticos, a día de hoy sólo están abiertos unos siete, dependiendo del ánimo de los dueños.

“Al no haber demanda, con alquileres caros de los locales en muchas ocasiones el cierre es la decisión económica razonablemente más viable”, señala el presidente del Gremio de Restauradores de la Plaza Mayor, José Antonio Aparicio, que anima a los madrileños a que vuelvan.

“Es el mismo maravilloso enclave pero con mayor tranquilidad y menos afluencia”, añade.

En el intento de atraer clientela local, los hosteleros de la plaza han variado la carta de sus establecimientos apostando, por ejemplo, por alejarse de las cervezas internacionales para servir en su lugar cervezas artesanales madrileñas.

“Ahora estamos inmersos en la segunda ola de la pandemia y es como la puntilla para el sector. Ya son ocho meses de ausencia de trabajo, las empresas no resisten y podríamos decir que estamos ahora mismo en el peor momento”, confiesa Aparicio.

En la calle de Botoneras se asienta desde 1894 el restaurante Los Galayos, donde se celebró la última cena de la Generación del 27 antes de que se iniciara la Guerra Civil.

Alicia Grande, una de las propietarias del restaurante, da fe de la difícil la situación: “Llevamos más de 120 años afincados en Madrid y mira que hemos vivido crisis, pero como esta ninguna”.

Cuenta que de sus 48 empleados, 36 siguen en ERTE, y la ocupación es muy baja, en torno al 20 %, por lo que sobreviven principalmente a base de préstamos ICO.

“Se nota mucho el teletrabajo, nuestra clientela habitual ha desaparecido. Además, apenas hay vecinos porque hay mucho piso de vivienda turística. A esto le sumamos que no hay turistas”, explica.

SIN CLIENTES PARA LAS TIENDAS DE RECUERDOS

Los trajes de flamenca, los mantones de manila, los imanes de toros o las camisetas de 'I Love Madrid' esperan la llegada de clientes en el Bazar Madrid, una de las pocas tiendas de recuerdos que permanecen abiertas en la Plaza Mayor.

“No entra nadie, así que para matar el tiempo, leo”, dice Pedro Castillejo, regente de este negocio familiar con una solera de tres generaciones mientras sostiene un volumen de los 'Episodios Nacionales', de Benito Pérez Galdós.

Desde que comenzó la crisis del coronavirus, Castillejo levanta la verja de su negocio aunque no sea rentable y mantiene en el ERTE a las tres empleadas que tenían en los tiempos de bonanza.

Cuenta que muy de vez en cuando entra gente del barrio para comprar algún abalorio, pero no gastan más de diez euros.

La mayoría de negocios de este tipo que hay por la zona están cerrados y en uno de ellos un cartel con un dibujo del coronavirus dice: “El único recuerdo que no queremos que te lleves es este”.

EL MERCADO DE COLECCIONISMO SIN FECHA DE VUELTA

Cada día, Felisario Martínez coloca decenas de sellos de colección en las vitrinas de latón de su tienda de filatelia que, cuando echa el cierre, recoge ante el miedo de que “algún despiadado” le robe y destruya su mobiliario.

“Lo que nos faltaría para hundirnos”, dice.

Desde 1996 regenta la tienda Filatelia Arias, una de las siete de este tipo que hay en la Plaza Mayor, un enclave que desde 1917 acogía cada domingo el mercadillo de coleccionismo y que desde el inicio de la crisis del coronavirus no se ha vuelto a celebrar.

“El mercadillo de coleccionismo es un referente en toda Europa. Se siguió celebrando durante la Guerra Civil, nunca falló, pero ahora llega la pandemia y nadie se ha acordado de él”, lamenta este amante de la filatelia al que “no le hace ninguna gracia” que las administraciones públicas se hayan olvidado de ellos.

UN MERCADILLO DE NAVIDAD A MEDIO GAS PARA REACTIVAR LA PLAZA

El inicio de la instalación de los puestos navideños en la Plaza Mayor da una sensación de aparente normalidad, aunque este año el tradicional mercadillo volverá a medio gas el 27 de noviembre con la mitad de sus puestos, 56 en total.

“Llevamos más de cien años siendo parte de la Navidad de Madrid y creemos que debemos seguir estando presentes”, asegura a Efe el presidente de la Asociación del Mercado Tradicional de la Plaza Mayor de Madrid, Miguel Ángel Fernández.

Además, cree que este año serán un “soplo de oxígeno” para la hostelería ya que el mercadillo, al reducirse el aforo, convivirá con las terrazas de los bares y restaurantes de la zona, que contarán con estufas y mamparas protectoras para sobrellevar el frío.

El presidente de la asociación prefiere no hacer pronósticos sobre cómo funcionará el mercadillo navideño.

Aunque comprende el “miedo” que tienen algunas personas por el riesgo de contagios, comenta que han decidido volver con todas las medidas de seguridad posibles “para intentar hacer la Navidad un poco más entrañable”.

El puente de diciembre, que marca el inicio de las fiestas navideñas, suele ser uno de los momentos de más afluencia de público en la Plaza Mayor.

Este año la plaza no podrá contar ni siquiera con turistas nacionales debido al cierre de la Comunidad de Madrid del 4 al 14 de diciembre, por lo que dependerá más aún de los propios madrileños para salir adelante.

Ana Márquez

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