Más corrupción y más engaños
Dos trampas de Rajoy
El equipo de campaña del presidente del Gobierno se sigue esforzando porque la gente se olvide del papelón que su jefe hizo por no atreverse a debatir con sus rivales en Atresmedia. Y le están obligando a hacer un maratón de encuentros –nunca masivos, con pequeños grupos, posiblemente de personal bien escogido- que son reseñados con gran despliegue por las teles oficiales. Eso no le ha impedido acudir el jueves a los desayunos de RTVE, un programa de propaganda sin recato del PP y del Gobierno del estilo de Telemadrid o de la TV valenciana del inmediato pasado. Para anunciar que si gana eximirá del pago del IRPF durante un año a quienes tengan su primer empleo y también a quienes trabajen tras de haberse jubilado.
Montoro le ha aguado la fiesta unas horas después aclarando, sin que hiciera falta, que la primera medida se aplicará solo a quienes no estén exentos del pago de ese impuesto… porque ganan menos de 12.000 euros al año. Es decir, a los que ganan menos de 1.000 al mes. Que son la mayoría de los que consiguen trabajo en las actuales condiciones del mercado de trabajo. Y el propio Rajoy ha aclarado que los jubilados que se beneficien de la medida se quedarán sin pensión. Con lo cual el Estado ahorrará mucho más dinero del que dejará de ingresar.
La corrupción que no ceja
Dos casos nuevos han llegado en las últimas 24 horas. Uno es el de las comisiones que cobraban el embajador de España en la India, Gustavo de Arístegui, y el diputado del PP por Segovia, Pedro Gómez de la Serna, por facilitar contratos a empresas españolas en África y Latinoamérica. Se dice que ingresaban hasta 15.000 euros al mes, además del sueldo oficial. El otro es el de los gastos de representación que hizo el director de Radio Televisión de Castilla-La Mancha, el periodista procedente de la COPE Ignacio Villa, durante el mandato del PP en esa región. 2.852 euros al mes durante cuatro años, de los cuales 32.954 durante los fines de semana. Ambas noticias se ocultan en los medios de la derecha. Y son tan graves como las de los grandes escándalos porque denotan un estilo de ejercitar el poder. Surgen dos preguntas: una, ¿cuántos otros altos cargos nombrados por el PP, y en ejercicio, siguen haciendo cosas parecidas a pesar de lo que le ha caído a su partido por culpa de la corrupción? Y, dos, ¿saldrá a la luz algún caso más antes del 20-D o habrá que esperar a que pasen las elecciones?
Libertad para Otegi
En una entrevista para la revista Mongolia, el socialista Eduardo Madina ha dicho que el Euskadi “el terrorismo es cosa del pasado” y que cree que “Arnaldo Otegui debe salir de la cárcel”. La mayoría de los vascos, de todos los colores políticos, cree que eso tenía que haber ocurrido hace mucho tiempo y que Otegi es un rehén de la demagogia que orienta la política del PP en la cuestión vasca, solo preocupada por satisfacer a la derecha más cerrada e incapaz de asumir que en Euskadi se vive en un nuevo tiempo tras la desaparición de ETA. En su época de brazo derecho de Jaime Mayor Oreja, el hoy comisionista Gustavo de Arístegui fue uno que puso las bases de esa política. Mientras que, desde la cárcel, Arnaldo Otegi ha sido uno de los principales impulsores del giro de Herri Batasuna y de su rechazo de la lucha armada.
