Cs no apoyará una prórroga de un mes y tampoco si ERC impone su mesa de diálogo

Cs no apoyará una prórroga de un mes, ha asegurado el portavoz adjunto, Edmundo Bal, y solo negociará su voto a favor si el Gobierno presenta “un plazo razonable”, que para el partido naranja son quince días, y no se pliega a la exigencia de ERC de cambiar su voto por una mesa de diálogo sobre Cataluña.

Lo que no ha dejado claro es si votará en contra o se abstendrán en la votación del miércoles si Pedro Sánchez propone finalmente una nueva prórroga de un mes, como quiere hacer, y Cs lo decidirá en función de “cómo se concreten los acuerdos” con otras fuerzas políticas.

Se ha referido Bal en este sentido a la condición de que haya una mesa de diálogo sobre Cataluña que exige ERC para cambiar del no a la abstención, una condición “inaceptable” para Cs y que el portavoz adjunto califica de “mesa de la vergüenza, que no salva vidas ni empleos” y solo sirve para separar a los españoles con privilegios para una parte.

Es “una vergüenza”, ha recalcado, que con más de 27.000 muertos por la Covid-19 se ponga sobre la mesa.

Bal, que se incorporó al comité permanente de Cs la semana pasada, ha comparecido en rueda de prensa telemática en sustitución de la líder de Cs, Inés Arrimadas, que se encuentra ya de baja, aunque aún no ha dado a luz.

Ha criticado a Sánchez por no precisar los días que considera que se debe extender el estado de alarma al subrayar que el problema del gobierno es la “constante indeterminación”.

Sobre la opinión del portavoz económico de Cs, Marcos de Quinto, que considera innecesario respaldar una nueva prórroga y tampoco ve posible que Cs llegue a acuerdos con el Gobierno sobre los Presupuestos, según ha dicho en una entrevista en El Mundo, Bal ha advertido de que son los órganos del partido los que decidirán el voto del miércoles.

Ha descartado así que De Quinto pueda romper la disciplina del voto y también ha señalado que cuando llegue el momento de hablar de los presupuestos, Cs negociará “todo lo que sea bueno para el interés general, priorizando lo pragmático y huyendo de ideologías”.

En cuanto a la posibilidad de una reforma de la ley de Sanidad o de otras leyes, que el Gobierno estaría estudiando como alternativa una vez decaiga el estado de alarma, Bal ha dicho que ellos también están viendo otras opciones legislativas y otras medidas “de menor intensidad en los derechos fundamentales que los que plantea el estado de alarma”.