La declaración de Guatemala llama al desarrollo sostenible en Iberoamérica

Antigua (Guatemala), 16 nov (Efe).- La declaración de Guatemala aprobada hoy por los presidentes congregados en la XXVI Cumbre Iberoamericana de Antigua (Guatemala) hace un claro llamamiento para que los países de la región trabajen por conseguir un desarrollo sostenible y en favor de la igualdad entre hombres y mujeres.

Tras varios días de reuniones que comenzaron el lunes con los responsables de cooperación de los países y progresaron con el encuentro de cancilleres de este jueves, los mandatarios de Iberoamérica acordaron una declaración que pide adoptar la Agenda 2030 de desarrollo aprobada en 2015 en Naciones Unidas.

Este documento pide “impulsar” la “acción conjunta hacia el año 2030” creando “sinergias” entre la cooperación de la región con “los foros internacionales y regionales pertinentes y evitando la duplicación de esfuerzos”.

La declaración recoge también la situación migratoria que atraviesa la región en dos discutidos párrafos estos días en Antigua, que demandan una agenda común en esta materia construida “sobre los mecanismos de integración y diálogo” e incorpore “las capacidades de los gobiernos locales como actores para esta estrategia”.

Los líderes de 22 países iberoamericanos acordaron gestionar “políticas públicas y de cooperación internacional” para respetar “los derechos humanos de todos los migrantes, con independencia de su condición migratoria, y promoviendo su inclusión en los países de destino”.

La igualdad de género fue otro de los aspectos más llamativos del texto que estuvo además muy presente en las intervenciones de los presidentes iberoamericanos.

En cuatro extensos puntos se pidió seguir “realizando esfuerzos para prevenir, combatir y sancionar la violencia contra la mujer, en cualquiera de sus manifestaciones, a fin de asegurar su pleno desarrollo, así como el goce de los derechos humanos y de sus libertades fundamentales”.

A su vez, los países acordaron proteger los derechos de la mujeres y niñas, en particular sus derechos económicos “por ser cuestiones centrales para el logro de la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, así como para el desarrollo sostenible”

En este ámbito reconocieron que en Iberoamérica “aún persisten importantes brechas de desigualdad entre mujeres y hombres” así como que éstas “sufren discriminaciones que impiden su participación efectiva en todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo la economía y la toma de decisiones”.

En línea de la actividad de la Secretaría General Iberoamericana durante el primer mandato de su secretaria general, la costarricense Rebeca Grynspan, pactaron “impulsar la aprobación y ejecución de leyes que garanticen la igualdad y que prohíban la discriminación contra la mujer en el mundo del trabajo”.

Los pueblos indígenas y afrodescendientes también están presentes en el texto, donde se manifiesta la necesidad de garantizar el acceso a la justicia para estas personas e impulsar su “empoderamiento” mediante “políticas públicas eficaces que cuenten, para su diseño, elaboración e implementación, con la participación sustantiva” de estas comunidades.

Iberoamérica adoptó también un compromiso con las personas con discapacidad para “incluirlas en la vida económica y social” y promover un “enfoque de ”desarrollo, integración, inclusión y derechos humanos en la formulación de políticas públicas“ para este grupo.

En el ámbito de empleo, los líderes decidieron impulsar un “desarrollo productivo, en alianza con el sector privado y con el de los trabajadores, que establezca emprendimientos innovadores y sostenibles”.

También “asegurar la libertad sindical, la negociación colectiva, la formación profesional continua y la protección social de los trabajadores”.

Los jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica acordaron “fortalecer la transparencia en la gestión de los asuntos públicos” y promover iniciativas “para luchar contra el flagelo transnacional de la corrupción”.

Sobre economía y turismo, la declaración solicita “articular políticas públicas para el desarrollo y gestión del turismo sostenible y responsable, como una política de Estado prioritaria”, además de impulsar la competitividad en las economías iberoamericanas.

Los mandatarios también se refirieron a la necesidad de “incrementar significativamente la inversión y la cooperación mutua” en el ámbito de la tecnología, la ciencia y la innovación.

Otra de las decisiones de los mandatarios se dirigió a “atender con carácter prioritario la movilidad humana” con “especial incidencia” en la movilidad entre empresas, la formación en prácticas, de emprendedores e inversores y estudiantes.