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La defensa de Blesa en las “black” reitera que las pruebas están manipuladas

EFE

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El abogado defensor de Miguel Blesa en el juicio contra 65 usuarios de tarjetas opacas de Caja Madrid ha reiterado hoy que las pruebas aportadas por la acusación, las tablas de excel con los gastos efectuados, han sido manipuladas y empleadas de manera indebida y no de buena fe.

Durante la presentación de sus conclusiones, el letrado Carlos Aguilar ha pedido la absolución para el expresidente de la caja, al que se quiere convertir en el “pim pam pum” de este caso, ya que en su opinión “los hechos no han quedado acreditados y por tanto no se ha demostrado la existencia del hecho delictivo”.

Todo lo más, los usuarios han visto “laminada” su reputación y su imagen pública, con la intención “de que se les corte la cabeza, como en Alicia en el País de las Maravillas”, y ya después se les juzgue, a causa de un proceso “de origen oscuro” iniciado a instancias del FROB.

Aguilar ha asegurado que existían acuerdos societarios que amparaban el uso de estas tarjetas, que eran además sobradamente conocidas y cuya contabilización siempre ha sido la misma; pretender que se trataba de un sistema “clandestino”, ha dicho, es faltar a la verdad.

Las tarjetas tenían su propio circuito, y no estaban, como se ha afirmado, fuera de éste, ha dicho Aguilar; estaban referenciadas en dos cuentas que se contabilizaban de forma manual, “siempre de la misma manera y con el mismo sistema, perfectamente accesible y conocible”.

Aguilar también ha hecho referencia a la pretensión de que las cuentas eran fiscalmente opacas, un argumento “naif” que ha refutado el hecho, conocido sólo una vez que ha comenzado el juicio, de que fueron objeto de una inspección fiscal.

En cuanto a la información contenida en las tablas de excel, lo que se ha incluido es “puramente lo que han querido que sea los empleados de Bankia, una mano humana y no la Divina Providencia”, ha dicho.

Estos documentos no son más que una “manipulación informática que se ha querido dar de la contabilidad, sin validez probatoria”, que sólo tendría “en el caso de contar con un soporte documental, que tiene que existir y que es imposible que no lo haya: no es que no exista, es que no lo han querido traer”.

Y es que en su opinión, en este proceso no han jugado todos “con las mismas cartas, sino que la acusación ha contado con algunas que no ha querido utilizar”.

También ha aludido a lo declarado por el expresidente de Caja Madrid y predecesor de Blesa en la entidad, Jaime Terceiro, que sabía perfectamente cuál era el carácter de estas tarjetas y de hecho no se refirió, cuando declaró como testigo, a los gastos específicos de la presidencia que él mismo efectuó y que no requerían justificación.

“Bajo ningún concepto estamos hablando de gastos de representación”, ha señalado, “en ningún caso”, como aseguró ante la Sala Terceiro, que según Aguilar tampoco “respetó la verdad” cuando dijo que las tarjetas no tenían pin y no se podían utilizar en cajeros, ya que a lo largo del juicio se ha demostrado que sí tenían número pin y sí se podían emplear en cajeros automáticos.

El abogado ha citado un acta del consejo de administración que en junio de 1994 indicaba que había que “mantener”, y no “instaurar”, el sistema de tarjetas, prueba evidente de que estaba ya en marcha cuando Miguel Blesa se hizo cargo de la entidad.

Aguilar ha recordado también que en la fase de instrucción el juez Fernando Andreu conoció la existencia de una tarjeta emitida en 1994, dos años antes de que Miguel Blesa llegara a la presidencia de la entidad, que compartía el mismo código que la mayoría de las “black”, lo que refrenda la idea de que existían en Caja Madrid tarjetas de libre disposición y no exclusivamente para gastos de representación.

Los gastos de representación, ha dicho el letrado, pueden ser de libre disposición y están exentos de tributación, según dice “la propia Mesa del Congreso de los Diputados”.

El letrado ha lamentado que el fiscal no haya reducido la pena que solicita para Blesa, seis años de cárcel pese a que su defendido ha restituido lo que gastó con su tarjeta.

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