La defensa de Temer descalifica un nuevo testimonio que lo implica en corrupción

La defensa del presidente brasileño, Michel Temer, descalificó hoy el testimonio prestado a la justicia por un agente financiero que ha sugerido que el mandatario participó activamente en una presunta trama corrupta montada en el Congreso.

“No pasan de acusaciones vacías, sin fundamentos ni pruebas”, aseguró en una nota el abogado Eduardo Carnelós, jefe del equipo de defensa de Temer, sobre unos vídeos obtenidos por el diario Folha de Sao Paulo en los que el agente financiero Lucio Funaro sostiene que el mandatario se beneficiaba de maniobras ilegales.

Funaro, detenido por corrupción y quien ha pactado cooperar con la justicia, dice en esos vídeos que el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMBD), que lidera Temer, operaba desde el Parlamento una red de corrupción mediante la cual obtenía dinero de empresarios a cambio de “favores políticos”.

Sostiene incluso que Temer formaba parte de esa trama y que se benefició personalmente de esas corruptelas, lo que el abogado del mandatario rechazó hoy en forma enfática a través de un comunicado.

Temer ha sido acusado de obstrucción a la justicia y asociación ilícita por la Fiscalía, en parte sobre la base del testimonio prestado por Funaro, que fue obtenido parcialmente por Folha de Sao Paulo pese a que está bajo estricto secreto judicial.

La filtración de esas declaraciones ocurrió en momentos en que una comisión de la Cámara baja analiza la denuncia que la Fiscalía presentó contra Temer, que dentro de unos díez días será debatida por el pleno de ese órgano legislativo, cuyo aval es necesario para la eventual apertura de un juicio penal contra el mandatario.

Según el abogado Carnelós, eso no ha sido casual y tiene como “claro propósito causar ruido” para “presionar a los parlamentarios” que analizan la denuncia contra el gobernante, lo cual calificó de “abyecto intento de golpe de Estado”.

Los asuntos relatados por Funaro se refieren a supuestos hechos ocurridos antes de mayo de 2016, cuando Temer asumió el poder una vez que comenzó el proceso que llevó a la destitución de Dilma Rousseff por supuestas irregularidades fiscales.

Según la Constitución brasileña, un gobernante en pleno ejercicio del poder solo puede ser sometido a un juicio penal por delitos que hayan ocurrido durante su mandato y no antes, en cuyo caso solamente pueden ser analizados por los tribunales una vez que deje el cargo.

Por esa y otras razones, entre las que citó una “notoria falta de pruebas”, el diputado Bonifácio Andrada, instructor del proceso en la Cámara baja, ya ha recomendado que la denuncia contra Temer sea rechazada y archivada, al menos hasta que concluya su mandato.

En agosto pasado, la Cámara de Diputados ya negó una primera denuncia de la Fiscalía contra el mandatario, en una votación de fuerte contenido político en la que la poderosa base parlamentaria impuso la mayoría que aún conserva.