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Las denuncias por acoso sexual contra un diputado causan polémica en Rusia

La policía británica investiga 10 denuncias por acoso sexual de Weinstein

EFE

Moscú —

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Rusia vive estos días un escándalo por las denuncias de acoso sexual lanzadas por varias periodistas contra el presidente del comité de Exteriores de la Duma (Cámara baja del Parlamento), Leonid Slutski, a quien los medios de este país ya han bautizado como el “Weinstein ruso”.

“Me siento muy halagado por el hecho de que se haya elegido mi humilde persona para la proyección de Harvey Weinstein en Rusia, pero no es una elección del todo acertada”, dijo Slutski en una de sus primeras reacciones a las denuncias, reveladas por la cadena de televisión opositora Dozhd.

La pasada semana, el canal reveló los casos de tres periodistas que habían sido presuntamente acosadas sexualmente por Slutski -un legislador del ultranacionalista Partido Liberal Democrático- cuando acudieron a pedirle unas declaraciones.

Las mujeres relataron- bajo la condición de anonimato- que tras sufrir tocamientos e insinuaciones sexuales, intentaron evitar el contacto con el parlamentario, pero no denunciaron su comportamiento por miedo a represalias.

En particular, una de las reporteras afirmó que el diputado le propuso acercarse a su casa después de las 22.00 horas para contestar a sus preguntas.

Una tercera periodista que trabaja de productora en una cadena de televisión, según Dozhd, aseguró que Slutski prometió acudir al plató si ella accedía a cenar con él, y una vez en el programa intentó besarla en la boca.

Anoche, la periodista Ekaterina Kotrikadze, directora adjunta del canal RTVI, se convirtió en la primer mujer en acusar a Slutski de acoso sin esconder su identidad.

Según Kotrikadze, el incidente ocurrió hace siete años, en un viaje que la periodista realizó a Moscú como corresponsal entonces de la televisión georgiana.

“Me llevó a su despacho, cerró la puerta e intentó ponerme contra la pared para besarme y tocarme. Me solté y salí corriendo”, relató la mujer, que recibió el apoyo de su cadena, que indicó que “asume la responsabilidad” por las palabras de Kotrikadze y llamó a las otras periodistas a armarse de valor y revelar sus nombres.

Las acusaciones contra el diputado ruso provocaron una acalorada discusión en el Parlamento, con declaraciones de algunos de sus miembros que generaron incluso más polémica que las propias denuncias de acoso.

El líder del partido de Slutski y candidato a la presidencia rusa, el histriónico Vladímir Zhirinovski, echó ayer balones fuera al ser preguntado sobre este caso por periodistas extranjeros.

“Ya me ocuparé de eso cuando pasen las elecciones” del 18 de marzo, respondió Zhirinovski, conocido por numerosas salidas de tono machistas.

La vicepresidenta de la comisión para Asuntos de la Familia, Oxana Púshkina, subrayó la necesidad de redactar una ley para proteger a las víctimas del acoso sexual en Rusia.

La diputada recordó que en el Código Penal hay artículos que castigan la violencia sexual, pero ninguno contempla una responsabilidad por el acoso.

Según Púshkina, la mayoría de las mujeres rusas que son víctimas de abuso sexual en sus puestos de trabajo “lo callan” o “dejan el puesto”.

En cambio, el ultraconservador Vitali Milónov criticó enseguida esa idea, y llegó a afirmar que leyes como esta las promueven “unas lesbianas apestosas”.

Según el diputado, Rusia no necesita adoptar medidas adicionales para proteger “el honor y la dignidad” de sus mujeres.

Coincidió con él la parlamentaria Tamara Pletniova, presidenta de la comisión para Asuntos de la Familia, quien afirmó que en Rusia no existe el acoso sexual en el trabajo.

“Eso no es América ni Europa. ¿Por qué tenemos que copiar todo (lo que hacen)? Si la mujer no quiere, nadie la va a acosar”, sentenció.

Otros legisladores tacharon las acusaciones de “provocación” y cuestionaron la existencia de las denuncias anónimas difundidas por los medios.

Mientras, en la comisión de Ética del Parlamento ruso señalaron que necesitan una denuncia formal de la supuesta víctima para proceder a la investigación de las acusaciones.

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