El día que las bibliotecas se llenaron de música

La letra, con música entra. Así parece si revisamos las novedades literarias relacionadas con la cultura musical que muestran las librerías y que ocuparán, a partir de este viernes, las casetas de la 72 edición de la Feria del Libro de Madrid.

Desde la biografía ilustrada de Bruce Springsteen (Libros Cúpula) del periodista Peter AmisCarlin hasta el segundo volumen de la colección infantil sobre el rock, “La pequeña historia de Rock” (66 RPM), o desde un ensayo sobre el álbum “Pink Moon” de Nick Drake (Libros Crudos) hasta memorias “en primera persona” de los chicos de One Direction (Planeta). Todo cabe en esta discoteca de papel.

Este interés por la música escrita no debe sorprender. Una recopilación de artículos musicales del periodista Diego A. Manrique, “Jinetes en la tormenta” (Espasa), ha estado un par de semanas entre los libros más vendidos en España y ya despacha su cuarta edición.

Para Javier de Castro, responsable de la sección musical de la editorial Milenio, “estamos en una época en la cual salen más libros de esta temática y, pese a la bajada de lectores, la gente quiere más información musical”.

Castro, que lleva 18 años al frente de esta sección y que ha publicado más de 50 volúmenes con todo tipo de estilos (“Metal Extremo”, de Salva Rubio, ha sido su último gran éxito) considera que “se entiende mejor la música si tenemos conocimientos teóricos” y aconseja “leer sobre un artista y escuchar su obra a la vez como acciones complementarias”.

Una razón para el optimismo es que su editorial se planta este año por primera vez en el Retiro madrileño con caseta propia.

El aspecto divulgativo de Milenio contrasta con el espíritu fan de la propuesta de la novísima colección “Mis documentos” de Ediciones Chelsea. Tres músicos de la escena alternativa española (Fernando Pardo, Felipe Spada y Alex Cooper) inauguran una serie donde aparecen documentos personales, letras inéditas o imágenes nunca vistas de estos artistas clave de los últimos veinte años.

El exlíder de los Flechazos y alma de Cooper, Alejandro Díez Garín, Alex, es el jefe de este proyecto “que casi acaba de nacer”. Su apuesta se centra en la edición de libros “interesantes y atractivos en lo visual, siempre alrededor del mundo alternativo”.

Como músico experimentado, Alex va más allá y busca a autores que “además de buenos músicos, sean grandes narradores”. “En Chelsea nos gustan los que se saben mirar en el espejo sin asustarse”, concluye.

Esta nueva oferta de jóvenes editoriales relacionadas con el mundo discográfico (Global Rhythm, Lengua de Trapo, Es Pop, Contra) son las que están impulsando una oferta floreciente que abarca todo tipo de música, autores e, incluso, de estilos.

Por ejemplo, Alfred Crespo, responsable de la editorial 66 RPM, no repara en géneros. Acaba de publicar la biografía oral “Alice Cooper. Por un billón de dólares”, de Sergio Martos, tiene previsto lanzar en breve un ensayo con análisis de canciones (“El Puño y la Letra”, de Luis Boullosa), un libro de relatos (“La mitad de lo que quisimos ser”, de Miguel Martínez) o la segunda parte de “Mujeres y Música” de Toni Castarnado.

“Los libros relacionados con la música no tienen que ser estrictamente sobre músicos; hay poesía, relatos o novelas que tienen tanto rock&roll como las mejores biografías del género”, defiende Crespo con pasión melómana.

Otro músico que se ha pasado a la edición es Fino Oyonarte, el bajista de los Enemigos, que, desde Libros del Ruido, busca aportar “una perspectiva del interior del mundo musical” para así contribuir a “una mejor comprensión del fenómeno”.

Para Oyonarte, leer y disfrutar de la música no sólo no son incompatibles sino que ambas actividades nos proporcionan “entrenamiento, felicidad y conocimiento”.

Muy ligados a la música independiente, Libros del Ruido ha publicado, de momento, “Postales Negras”, de Dean Wareham, y el próximo 3 de junio lanzan en castellano el clásico “Wouldn't It Be Nice. Brian Wilson y la creación de Pet Sound”, de Charles L.Granata.

A la espera de los datos de ventas y pendientes de la competencia digital, esta nueva ola de libros en clave pop -también jazz, hip hop o clásica- puede tomar el relevo al hueco bibliográfico dejado en los noventa por editoriales como Celeste, La Máscara o Júcar.

Ahora, frente a la explosión actual de un revitalizado género de literatura erótica que, como decía el gran Luis García Berlanga, se presta “a leer con una sola mano”, la aparición de estas pequeñas letras musicales quizá puedan despertar el reflejo de otros sentidos y de otros movimientos.

Por Juan Carlos Gomi