Un diputado brasileño se entrega para cumplir su primera condena por corrupción

El diputado Paulo Maluf, un veterano e incombustible político de 86 años que ha transitado por casi todos los gobiernos en Brasil desde el régimen militar (1964-85) y ha sido salpicado por numerosos escándalos, se presentó hoy a la Policía para cumplir su primera condena por corrupción.

Maluf, exgobernador y exalcalde de Sao Paulo, se presentó en la sede de la Policía Federal en la mayor ciudad de Brasil un día después de que la Corte Suprema ordenara su detención de forma inmediata para cumplir una condena por 7 años y 9 meses de prisión por lavado de dinero que le fue impuesta en mayo pasado por hechos ocurridos entre 1993 y 1996.

El parlamentario, condenado por desvíos de recursos públicos cuando ejercía la alcaldía de Sao Paulo, tendrá que cumplir la condena inicialmente en régimen cerrado, según determinó la víspera el magistrado Edson Fachin, el instructor del proceso en el Supremo Tribunal Federal y que ordenó su arresto inmediato.

El magistrado rechazó la posibilidad de que el legislador se beneficie de algún recurso que le permita la excarcelación.

Fachin, al pronunciarse sobre un recurso en el que Maluf solicitó la anulación de su condena de mayo pasado, también ordenó que sea despojado de su mandato como miembro de la Cámara de Diputados como representante del derechista Partido Progresista (PP).

El abogado de Maluf, Antonio Carlos de Almeida Castro, informó en un comunicado de que el político presentará un nuevo recurso contra la condena ante el pleno de la Corte Suprema aunque admitió que, como el tribunal entró en receso el martes, tan sólo podrá tener acceso a la decisión de Fachin el próximo 8 de enero.

El proceso en el que Maluf fue acusado de haber “lavado” la suma de 170 millones de dólares producto de la corrupción a través de cuentas abiertas en el exterior pasó por diversos tribunales inferiores y llegó a la Corte Suprema hace una década.

La defensa del diputado logró prolongar el proceso durante casi dos décadas, hasta que la Corte Suprema finalmente dictó en mayo pasado una sentencia firme, confirmada ayer por ese tribunal en última instancia.

Maluf, ingeniero de 86 años, es un polémico personaje de la política brasileña y fue elegido diputado por primera vez en 1983, cuando el país aún era gobernado por una dictadura militar que se hizo con el poder en 1964 y se mantuvo hasta 1985.

Durante el régimen militar, ocupó diversos cargos públicos y fue incluso alcalde de Sao Paulo y gobernador del estado homónimo.

Durante años, su nombre figuró en la lista de personas buscadas por la Interpol por problemas judiciales que enfrentaba en Suiza y Francia precisamente por asuntos de lavado de dinero, pero luego fue excluido, cuando prescribieron esos casos.

El año pasado, tras haber apoyado el proceso de destitución en contra de la entonces presidenta Dilma Rousseff, Maluf ignoró todo su pasado y llegó a afirmar que era el “político más honesto” del país, pues no había sido siquiera citado en un escándalo ocurrido en 2005 ni en las corruptelas en Petrobras, entre otros casos.