El electorado bávaro prefiere a Merkel a la línea dura de los líderes del “Land”

El electorado de Baviera (sur) prefiere la línea de la canciller alemana, Angela Merkel, defensora de buscar acuerdos en materia migratoria con sus socios europeos, a la de los líderes de la Unión Socialcristiana bávara (CSU), dispuestos a recurrir a vías unilaterales si no hay consenso.

Según un sondeo del instituto demoscópico Forsa, un 43 % de los bávaros está satisfecho con el trabajo de Merkel, cinco puntos más que los otorgados al jefe del Gobierno del estado federado, Markus Söder, mientras que apenas un 37 % valora positivamente al jefe de la CSU y ministro del Interior, Horst Seehofer.

La encuesta, difundida hoy, coincide con un momento de máxima tensión para la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y canciller, a la que Seehofer amenaza con llevar adelante su propósito de cerrar las fronteras haciendo uso de sus atribuciones como ministros si no hay acuerdo a escala europea en materia de refugiados.

El titular de Interior insiste en la necesidad de implantar su “plan maestro”, uno de cuyos puntos incluye la devolución a los países por donde ingresaron en la UE de aquellos refugiados sin perspectivas de ser reconocidos como tales.

La tensión entre la CDU y la CSU, dos formaciones integradas en un grupo parlamentario común desde 1949, ha alcanzado tal grado que en Alemania no se descarta un fin de la gran coalición de Merkel, formada hace apenas cuatro meses tras un largo proceso negociador con los socialdemócratas.

En el trasfondo de ese pulso entre la canciller y su ministro está la estrategia de la CSU de cara a los comicios regionales del próximo octubre en Baviera, el “Land” por el que ingresaron en el país la mayoría de los 1,3 millones de solicitantes de asilo recibidos por Alemania desde 2015.

Sin embargo, de acuerdo con el sondeo de Forsa, para un 75 % de los electores bávaros la política migratoria no es asunto de la máxima prioridad, sino que hay otras cuestiones “tanto o más importantes” por resolver.

Según esas estimaciones, la CSU bávara, fuerza dominante en ese próspero “Land” desde hace décadas, defenderá su posición de primera fuerza con un 40 %, lo que supone una caída del 7,7 % respecto a las regionales de 2013.

Los Verdes se convertirán en segunda fuerza con un 14 %, un punto por encima del SPD y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), mientras que los llamados Electores Libres, una escisión regional de la CSU, obtendrá un 8 %.

Seehofer, como el primer ministro del estado federado, Söder, han mostrado una clara cercanía en materia migratoria con el canciller austríaco, Sebastian Kurz, defensor de la línea dura y líder de una alianza de Gobierno con la ultraderecha.

Según trascendió el pasado fin de semana, Söder ha descartado la presencia de Merkel en su campaña electoral y en cambio sí cuenta con la de Kurz.

Esta afinidad con el país vecino se interpreta como parte del desafío bávaro a la canciller, quien se ha distanciado reiteradamente de las propuestas de Kurz y también descarta cualquier alianza entre su CDU y la ultraderecha alemana.