Escaso seguimiento en manifestaciones convocadas contra la corrupción en Brasil

Las manifestaciones contra la corrupción convocadas para hoy por los movimientos apartidistas que el año pasado movilizaron a millones de brasileños contra la destituida presidenta Dilma Rousseff tuvieron una adhesión muy inferior a la esperada por sus organizadores.

Las manifestaciones más concurridas, según la Policía brasileña, tuvieron lugar en Río de Janeiro, en donde unas 600 personas se reunieron en el paseo marítimo que bordea la playa de Copacabana, y Brasilia, donde unas 500 personas se congregaron ante la sede del Congreso.

También se registraron manifestaciones con al menos 400 personas en ciudades como Belo Horizonte, Juiz de Fora, Belén y Salvador.

Los manifestantes protestaron contra la creciente corrupción en Brasil en al menos una veintena de ciudades, pero algunas de las marchas convocadas en 127 municipios de 25 de los 27 estados del país no atrajeron ni a una veintena de participantes.

La mayoría de los manifestantes vestían ropas con los colores verde y amarillo de la bandera brasileña y portaban carteles con lemas en favor de la investigación del gigantesco escándalo por los desvíos en la petrolera Petrobras que ha salpicado a más de un centenar de políticos, incluyendo seis ministros.

Las manifestaciones fueron convocadas por los grupos “Vem para Rua” (Sal a la calle) y Movimiento Brasil Libre, que se dicen desvinculados de los partidos políticos y utilizan las redes sociales como herramienta de movilización.

Los dos movimientos fueron los más activos entre los que, en diferentes jornadas de protestas en 2015 y 2016, movilizaron a millones de brasileños contra Rousseff, que finalmente fue destituida en agosto pasado por violación de las normas fiscales.