El exagente acusado del robo de 154 kilos droga en Jefatura en Andalucía Occidental lo niega y apunta al exjefe de Udyco

Durante la primera jornada del juicio en la Audiencia Provincial de Sevilla, el exagente, en excedencia desde el año 2008, ha señalado que sabía que la droga incautada en las diferentes operaciones policiales se almacenaba en los calabozos, aseverando que “la única manera” que conoce de acceder a los mismos es “pidiéndole las llaves” al que era responsable de la Udyco en el momento del robo, F.T..

“No he poseído nunca las llaves ni las he solicitado”, ha subrayado el imputado a preguntas del fiscal antidroga, explicando que uno de los calabozos guardaba el hachís y contaba como medidas de seguridad con la propia llave y con un candado tipo 'pitón', mientras que un segundo calabozo almacenaba cocaína y heroína.

Ha agregado que únicamente bajó “dos o tres veces” a los calabozos, siempre en compañía del jefe del grupo.

Cuestionado por la confección de paquetes que fueron utilizados para dar el 'cambiazo' y sustituir a los fardos que realmente contenía la droga, Lars ha asegurado que no participó en su elaboración ni tampoco vio al resto de acusados haciéndolos.

NIEGA HABER REALIZADO LOS PAQUETES FALSOS

Así, ha dicho que fue el exjefe de la Udyco quien le “encargó” en enero de 2008 realizar estos paquetes falsos bajo la explicación de que había una operación en marcha y coordinada desde Madrid, con un policía infiltrado, y que “necesitaban paquetes falsos”. “Le dije que no y me preguntó si conocía a alguien”, ha declarado. A continuación ha relatado que le hizo “un comentario” a su socio e imputado en esta causa, Manuel A.N., quien contestó que “podía hacerlos”, pero “preguntó qué sacaba a cambio”.

Según ha precisado, el exjefe de la Udyco le dio “un papel con el número de paquetes” que había que confeccionar “y sus características”, papel que el imputado, según ha contado, luego le otorgó a Manuel.

El imputado ha reconocido que no denunció estos hechos ante sus superiores jerárquicos y únicamente se lo “comentó” a su jefe de grupo --ya fallecido--, quien “me dijo que hablaría” con él, tras lo que ha aseverado que, “al mes, F.T. me comenzó a hacer la vida imposible, cambiándome de grupo, hasta que consiguió echarme del cuerpo”.

Asimismo, ha dicho que, “desde el primer momento, les dije a los agentes de la Unidad de Asuntos Internos que F.T. estaba detrás de esto, pero no se lo quisieron creer”, añadiendo que los propios agentes de esta Unidad “me presionaron” para que confesara los hechos, “amenazándome con que iban a detener a mi mujer”, identificada como María Teresa M.S., para quien el fiscal pide cinco años de prisión por un presunto delito de blanqueo de capitales.

El acusado ha justificado su patrimonio, como por ejemplo un velero que adquirió por 27.000 euros o una motocicleta BMW por 17.000 euros, en “herencias” recibidas.

Según ha precisado, fue en abril de 2008 cuando solicitó la excedencia y comenzó a dedicarse “de pleno” a su empresa, dedicada a la compraventa de embarcaciones usadas.