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El juez envía a prisión a la exdirectora financiera del Canal de Isabel II con una fianza de cuatro millones de euros

La Guardia Civil registra la sede de OHL por supuesta financiación ilegal del PP

EUROPA PRESS

El magistrado de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha decretado esta noche el ingreso en prisión provisional eludible bajo el pago de una fianza de 4 millones de euros para la exdirectora financiera del Canal de Isabel II María Fernanda Richmond y de 100.000 euros para el exgerente Adrián Martín, en el marco de la investigación por presuntas irregularidades en la empresa pública de gestión del agua.

Según informan fuentes jurídicas, el magistrado instructor de la 'operación Lezo' ha adoptado la medida cautelar contra Martín en sintonía con la petición realizada por el fiscal Anticorrupción Carlos Yáñez, quien sin embargo había solicitado prisión incondicional para Richmond.

Velasco les imputa los delitos de pertenencia en organización criminal, blanqueo, falsificación de documentos públicos, prevaricación, fraude y malversación de caudales públicos. Los dos detenidos están vinculados a la adquisición irregular de la empresa brasileña Emissao Engenharia e Construçoes que hizo el Canal de Isabel II en 2013 por un importe de 23 millones de euros.

Aunque la Fiscalía había decidido no incluir la pertenencia a organización criminal entre los delitos que pedía que se imputaran a los exdirectivos del Canal de Isabel II, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 ha decidido finalmente atribuírselo a ambos para decretar el ingreso en prisión eludible.

No obstante, esta decisión del Ministerio Público en este punto de la investigación no descarta que en el futuro, y en función del curso de la operación, pueda solicitar la inclusión de este delito, penado con hasta ocho años de prisión, en próximas actuaciones.

Tercera declaración

Además el juez ha tomado declaración en calidad de investigado al empresario Adrián de la Joya por su implicación en la trama relacionada con el cobro de una comisión de la multinacional OHL, y le ha dejado en libertad sin medidas cautelares.

El operativo ordenado por la Audiencia Nacional arrancó este miércoles con la detención del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, que prestará declaración previsiblemente este viernes ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6. Junto a él pasarán a disposición judicial los otros cuatro detenidos que permanecen en las dependencias de la Guardia Civil en Tres Cantos.

Este jueves han prestado declaración dos investigados, el presidente y el director de 'La Razón', Mauricio Casals y Francisco Marhuenda, respectivamente, por presuntas coacciones a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, para que no denunciara las irregularidades detectadas en el Canal de Isabel II.

Registro de empresas

La 'operación Lezo' se conoció este miércoles y llevó a la detención de 12 personas, de las que tres fueron puestas en libertad en las siguientes horas. Además del registro en las dependencias del Canal de Isabel II, la operación que desarrolla la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha llevado también a la intervención en las sedes de OHL, Indra, Saerco y Licuas, además de la Agencia de Informática y Comunicación (ICM) de la Comunidad de Madrid.

Además, los agentes han pedido en la sede de la consultora PriceWaterhouseCooper (PWC) los contratos de esta compañía con Agencia de Informática y Comunicación del Gobierno autonómico.

Segunda noche de González en el calabozo

El expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González volverá a pernoctar en un calabozo individual de seis metros cuadrados y con videovigilancia antes de que pase disposición judicial este viernes.

La Comandancia de la Guardia Civil de Tres Cantos tiene unos calabozos con 20 unidades, la mayoría de ellos individuales, a excepción de dos, que son dobles.

Se trata de celdas que son totalmente blancas, de seis metros cuadrados, sin ventanas, y sin esquinas ni picos ni elementos que permitan que el detenido pueda proceder a autolesionarse. Además, cuenta con una cama simple, con colchón y mantas si lo pide el recluso y las aperturas y los cierres son automáticos.

Como es habitual en estos casos, se le ha desprovisto de reloj, móvil y cordones por seguridad en la celda, donde, como consecuencia de la falta de ventanas, no hay luz natural. Además, según apuntan fuentes próximas a la investigación, se reparte a los detenidos en estas instalaciones un desayuno “frugal”.

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