Un exgrupo insurgente anuncia que participará en las elecciones en Afganistán

El Hezb-e-Islami (Partido Islámico) de Afganistán, otrora el segundo grupo insurgente del país, anunció hoy su intención de participar en las elecciones parlamentarias y presidenciales del país nueve meses después de firmar un acuerdo de paz con el Gobierno.

“Nuestra decisión es participar en estos (procesos) electorales”, manifestó en una rueda de prensa el líder la formación, el controvertido Gulbudin Hekmatyar, apodado “el carnicero de Kabul” y que regresó al país hace poco más de un mes.

Hekmatyar, primer ministro afgano durante los años 90, indicó que en el caso de las elecciones presidenciales, que deberían celebrarse en 2019, aún estando “seguros al cien por cien” de que ganarían con un candidato propio, “sería mejor para el Hezb-i-Islami apoyar a un candidato adecuado”.

En ese sentido, dijo que el aspirante que apoyen debería ser respaldado no solo por los afganos sino por los países de la región y del mundo.

“Creemos que si ganáramos unas elecciones, hay aún fuerzas en la región y en el mundo, que no pueden aceptarnos y no queremos que por llegar al poder se derrame la sangre de nuestra nación”, indicó.

Hekmatyar, uno de los señores de la guerra que luchó contra los soviéticos (1979-1989), dirigió el Gobierno en varias ocasiones en los años 90 y durante la guerra civil bombardeó Kabul dejando un saldo oficioso de 50.000 muertos y la capital afgana en ruinas.

Expresó que su formación tiene “profundas preocupaciones” en relación con el actual sistema electoral por sus altos costos de cientos de millones para realizar elecciones presidenciales, parlamentarias y locales de forma separada, lo que ha creado problemas.

Por otra parte, reaccionó a los últimos eventos en Kabul, donde la semana pasada se registró el atentado más cruento desde el 2001 con 150 muertos, diciendo que ningún grupo tiene el derecho de cambiar al Gobierno por la fuerza o las armas.

En ese sentido, indicó que su partido no permitirá que ningún grupo debilite o trate de hacer colapsar al Gobierno de Ashraf Gani.

Las elecciones legislativas afganas debían haberse celebrado hace cerca de dos años, pero el incremento de la violencia en el país, el alto costo de una votación y la aplazada reforma de la Comisión Electoral para subsanar los errores del pasado han ido posponiendo sin fecha los comicios.

Los partidos apuntaron a la Comisión Electoral tras las elecciones presidenciales del 2014, un proceso embarrado por las denuncias de fraude que desembocó en una crisis política.

La tormenta escampó con la mediación de Estados Unidos y un acuerdo para formar un gobierno de unidad encabezado por Ghani, como presidente, y su rival en las elecciones Abdulá Abdulá, como jefe de Gobierno, un cargo que se creó específicamente para salvar la situación.