La familia de Pertur pide a quienes “saben algo” que les digan “dónde está”

La familia del exjefe de ETA-pm Eduardo Moreno Bergartxe, Pertur, que fue visto por última vez el 23 de julio de 1976 en San Juan de Luz (Francia), han apelado hoy “a la conciencia de aquellas personas que realmente saben algo”, para que les digan “qué pasó” y “dónde está” su allegado.

Los familiares de Pertur hacen este llamamiento en una carta publicada hoy por El Diario Vasco, al cumplirse este mes cuarenta años de la desaparición del entonces dirigente de ETA político militar.

La investigación sobre estos hechos fue archivada en septiembre de 2012 por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, al estimar que no existían indicios suficientes para imputar a persona alguna por lo sucedido.

La causa fue sobreseída provisionalmente con el apoyo en aquel momento de la familia de Pertur y de la Fiscalía, tras haber practicado todas las diligencias posibles que pudieran aportar algún dato sobre el paradero del desaparecido, si bien el archivo tuvo lugar “sin perjuicio de su posterior reapertura, si hubiere méritos para ello”.

En el auto de sobreseimiento, el juez enumeraba las posibles hipótesis sobre la autoría de la desaparición de Pertur, entre las que citaba la de que fueran los Bereziak -comandos especiales de ETA liderados por Francisco Múgica Garmendia, Pakito, Miguel Ángel Apalategi, Apala, y Eugenio Etxebeste, Antxon-, ya que el etarra pretendía “imprimir” una “nueva orientación política” a ETA-pm.

También se especuló con que en el hecho estuvieran implicados grupos de extrema derecha o neofascistas italianos bajo las órdenes de los servicios secretos españoles.

En la carta dada a conocer hoy, los allegados de Pertur explican que, en los 40 años transcurridos desde su desaparición, han vivido “la confusión inicial, la incertidumbre, la rabia, las diferentes versiones, las pistas falsas, la manipulación, los homenajes y las investigaciones fallidas”, y “con cada paso, un atisbo de esperanza y otra nueva decepción”.

Lamentan que, después de todo este tiempo, en la actualidad sigan “sin saber qué ocurrió”. “No tenemos nada, sólo un dolor y una pena inmensos”, señalan.

“Ojalá esta carta sirva, ahora que estamos dejando atrás este largo período de violencia, para apelar a la conciencia de aquellas personas que realmente saben algo. Que nos digan qué pasó y, sobre todo, dónde está, para que por fin podamos cerrar definitivamente este capítulo. Se lo debemos a nuestro querido hermano y a nuestros padres”, concluye la misiva.