Fernández Mallo dice que no experimenta con intención, “no sé escribir de otra forma”

Tras el ejercicio de renovación literaria que plasmó en la trilogía del conocido como “Proyecto Nocilla”, el escritor Agustín Fernández Mallo sigue experimentando con la literatura en su nueva novela, “Limbo”, algo que no hace con intención expresa sino porque, dice, no sabe escribir de otra forma.

“Hago lo que sé hacer; escribo lo que puedo, no lo que quiero”, asegura Fernández Mallo en una entrevista con Efe con motivo de la llegada a las librerías de su última obra, editada por Alfaguara, en la que este autor que se define ante todo como poeta cuenta tres historias en las que la realidad aparece siempre “un poco desenfocada”.

Su trilogía del Proyecto Nocilla, compuesta por “Nocilla Dream”, “Nocilla Experience” y “Nocilla Lab” fue premiada y elogiada por la crítica, un éxito del que, ha confesado Fernández Mallo, el fue el primer sorprendido.

“No pensé que mis lucubraciones, la investigación estética y poética pudiera interesar a nadie”, considera el autor que opina que quizá este éxito pudo deberse a que “había algo que faltaba en la literatura, aunque nadie supiera que era”.

Un éxito del que ha intentado aislarse a pesar de que, reconoce, “mentiría si dijera que no influye”, pero agradece el hecho de no vivir en Madrid o Barcelona sino en Mallorca, alejado “de los centros de poder literarios” para poder dedicarse a crear.

Porque, para este escritor nacido en A Coruña en 1967 y licenciado en Ciencias Físicas, “no hay mayor acto de respeto al lector que ignorarlo. No puedes estar escribiendo pensando en los lectores. Es una investigación para mí y si gusta a los demás, fenomenal”.

Fernández Mallo está “muy contento” de su nueva creación, “Limbo”: “he hecho lo que quería hacer, investigación de la realidad e investigación poética” en la que aborda los “territorios fronterizos”

Con menos personajes que en anteriores novelas, el escritor aborda “la metamorfosis de la realidad”, cómo cambia constantemente “como si fuera un caleidoscopio” y cómo esto afecta a las personas.

En este ejercicio de transformación constante, Fernández Mallo ha agradecido el hecho de ser “un poeta ante todo” ya que si no se dispone de la economía del lenguaje que da la poesía, sería “imposible de narrar”, ha explicado.

Una mujer que cuenta el secuestro al que fue sometida en México D.F.; una pareja que atraviesa Estados Unidos en coche a la búsqueda de un quimérico “sonido del fin”, y dos músicos que se encierran en un castillo del norte de Francia para componer y grabar su obra definitiva son las tres historias que centran “Limbo”.

A Fernández Mallo le obsesiona la idea del aislamiento y la soledad y quiso saber cuál es la relación que una persona secuestrada durante mucho tiempo mantiene con su propio cuerpo, “cuando es lo único que le queda”.

Los personajes de “Limbo” se enfrentan también a otro de los temas presentes en la obra de Fernández Mallo, como es la copia y la duplicidad, a través de la cual, asegura, se desarrolla toda la evolución cultural y biológica.

No obstante, el autor explica cómo toda copia es a la vez un original “porque nunca se puede hacer una copia exacta y cada una de ellas aporta algo”.