Ian Gibson: la exhumación de Franco es un gran alivio incluso para la derecha

El historiador Ian Gibson ha considerado hoy que la exhumación de los restos de Franco y su retirada del Valle de los Caídos es “un gran alivio para todos, incluso para la derecha” y ha alabado la decisión del Gobierno, porque la salida del dictador del monumento es “urgentísima”.

“Había que quitar a Franco”, ha recalcado Gibson en declaraciones a los periodistas en el patio del Congreso de los Diputados, que hoy vota el decreto ley aprobado por el Gobierno para exhumar los restos de Francisco Franco.

Gibson, que pidió a la portavoz socialista, Adriana Lastra, que le invitara a la Cámara para poder presenciar este “día histórico”, ha explicado que se siente “muy implicado” como “hispanista de toda la vida” y nacionalizado español. “Quería vivir esto a tope aquí en el Congreso”, ha dicho.

En su opinión, el decreto ley impulsado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez es “altamente positivo”, porque la exhumación de los restos del dictador debería haberse llevado a cabo “hace mucho tiempo”, como, según ha señalado, reconoció el expresidente del Gobierno Felipe González .

“Cuando (los socialistas) tenían mayoría absoluta y no lo hicieron entonces, tal vez por miedo al Ejército”, ha apuntado el historiador de origen irlandés, que ha incidido en que “ahora se está haciendo” y es “importantísimo”.

Según ha añadido, “España no puede tener un monumento a un dictado, además genocida, allí en una montaña”.

“Había que quitar a Franco, lo van a hacer y yo creo que es un gran alivio para todos, incluso para la derecha, que no lo hizo, pero un alivio para la derecha también tener a Franco fuera”, ha afirmado.

Ha agregado que, una vez que sus restos salgan del Valle de los Caído, “entre todos” habrá que repensar el futuro del recinto madrileño que, a su entender, no debería ser un centro de interpretación, porque es “muy tétrico”.

“Huele a muerte, a horror, a dictadura y a cárcel”, ha descrito Gibson, que ha abogado por hacer un museo de la memoria en Madrid, similar al de Lisboa sobre la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar, y por, “tal vez, quitar todos los restos de allí y devolverlos a sus sitios de origen”.