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El impulso independentista y la necesidad de Rajoy del apoyo de Ciudadanos condicionan la concesión de grupo a CDC

El portavoz en el Congreso de Convergència, Francesc Homs

Carmen Moraga

Todo está en el aire a la espera de la cita de este martes en el Congreso. Pero la posibilidad de que el Partit Demòcrata Català (PDC), la antigua Convergència, pueda quedarse sin grupo propio en el Congreso cobra fuerza debido al cambio de postura del PP, que ahora parece inclinarse por impedirlo, como ya ha hecho en el Senado.

La deriva independentista que ha decidido iniciar el Govern presidido por el convergente Carles Puigdemont y la necesidad de Mariano Rajoy de atraer a Ciudadanos a su investidura apunta a que los populares podrían secundar al partido de Albert Rivera y votar en contra de conceder grupo a los de Francesc Homs, aunque en un principio dijeron que estaban a favor.

No obstante, en el PP, que junto con Ciudadanos suma mayoría absoluta en la Mesa del Congreso, no han querido dar nada por seguro a la espera de analizar los informes jurídicos de los letrados y las alegaciones presentadas por el propio partido catalán.

El dilema se presenta difícil para los conservadores. Votar destaparía supuestamente el “pacto secreto” que los demás grupos creen que Rajoy mantiene con los nacionalistas catalanes, que, por otra parte, siempre han conseguido grupo en las Cámaras. Pero si votan en contra aplacaría a los de Rivera –32 diputados–, a los que el candidato del PP necesita para sacar adelante su investidura.

La reunión del máximo órgano de la Cámara Baja está prevista para las doce del mediodía de este martes. PP, Ciudadanos, PSOE y Podemos tendrán que tomar una decisión en firme después del aplazamiento determinado por los dos partidos mayoritarios –PP y PSOE– el martes de la semana pasada, que coincidió precisamente con el día en el que el Parlamento de Cataluña aprobaba abrir la vía a una declaración unilateral de independencia. La decisión acaba de ser suspendida por el Tribunal Constitucional.

Con estos mimbres, el debate en el órgano de gobierno de la Cámara baja se presenta tenso aunque el PP y el PSOE se esfuerzan por desligar una cosa de otra.

En principio, solo está asegurado el no rotundo de los dos miembros de Ciudadanos, el del vicepresidente primero, Ignacio Prendes, y el de la secretaria cuarta, Patricia Reyes. Los de Rivera ya adelantaron la semana pasada que se oponían a retrasar la decisión. Y también a las pretensiones del PP, cuyo portavoz, Rafael Hernando, había dejado la puerta abierta a conceder grupo a los nacionalistas catalanes.

Sus declaraciones enfadaron a Ciudadanos que acusó a los conservadores de dar “un trato privilegiado” y de querer favorecer a un partido que “quiere romper España”.

No cumple los requisitos

CDC cuenta con ocho diputados en el Congreso pero no ha superado el 15% de los votos necesarios en las cuatro provincias catalanas que exigen los requisitos del Reglamento del Congreso. En Barcelona y Tarragona no lo alcanzó, como tampoco en el conjunto de Cataluña.

Los nacionalistas catalanes presentaron el viernes pasado un escrito de alegaciones ante la Mesa de la Cámara aludiendo a los precedentes similares que existen. De hecho, en la anterior y breve legislatura tampoco cumplían todos los requisitos y sin embargo obtuvieron grupo. Ciudadanos entonces no se opuso.

Lograr grupo propio en las Cámaras supone poder cobrar subvenciones millonarias y tener voz propia en los debates. De lo contrario, se va a parar al Grupo Mixto, donde sus integrantes deben repartirse tanto el dinero que reciben de la Cámara como los tiempos de intervención y el cupo de presentación de iniciativas.

En el partido liderado por Francesc Homs temen que los de Rajoy se dejen llevar por las presiones y hagan como en el Senado donde les han vetado para tener grupo propio. La decisión de la Mesa de la Cámara Alta, en donde los populares tienen mayoría absoluta, ha salido adelante con la abstención del PSOE y el único voto a favor del representante del PNV.

Por su parte, los miembros de la Mesa del Congreso de Podemos y del PSOE se debaten entre votar a favor de la concesión de grupo o abstenerse. Los dos grupos que cuentan con dos representantes cada uno en este órgano parecen estar a la espera de ver qué hace finalmente el PP para no aparecer votando junto al partido de Rajoy. Las fuentes consultadas de ambos partidos han señalado que votarán después de analizar el informe jurídico de los servicios de la Cámara y de las alegaciones que ha presentado el grupo catalán.

Rajoy inicia los contactos con los líderes

Mientras la Mesa dilucida este asunto el líder del PP, Mariano Rajoy, estará reunido en el mismo Congreso con Pedro Sánchez, con el que va a iniciar los contactos políticos para su investidura. El líder del PSOE ya ha adelantado que, pese a los llamamiento de Felipe González y otros históricos del partido, no se moverá de su voto en contra aunque irá a escuchar lo que le diga el presidente del Gobierno en funciones.

El miércoles la cita será con Albert Rivera. Rajoy quiere convencer por todos los medios al partido naranja de que cambie de opinión y vote a su favor. Pero Rivera –al menos a día de hoy– insiste en que su “abstención técnica” en segunda votación también es inamovible. No obstante, se ha ofrecido a intentar mediar entre el PP y el PSOE para ver si es posible que los socialistas hagan lo propio para no tener que ir a unas terceras elecciones. Un voto del PP en contra de que el Partit Demòcrata Català tenga grupo allanaría bastante el camino para que Rivera pueda ir modulando su postura. Si no ahora, después del verano.

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