El juez no ve indicios para culpar de explosión a marido de víctima de Premià

La juez de violencia sobre la mujer de Mataró (Barcelona) ha concluido que la explosión de gas ocurrida el pasado 18 de septiembre en un edificio de Premià de Mar (Barcelona) fue intencionada, pero no ve suficientes indicios para culpar del suceso al esposo de la mujer que falleció en el siniestro.

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), la juez de violencia sobre la mujer número 5 de Mataró asumió la causa abierta por la explosión de un edificio, a raíz de un informe de los Mossos d'Esquadra que apuntaba que el siniestro podía haber sido provocado por el esposo de la fallecida, quien también murió días después por las heridas que sufrió.

La policía catalana basaba sus sospechas en el hecho de que la tubería del gas del piso donde se originó la explosión estaba manipulada y en las declaraciones de testigos y vecinos, que apuntaron a que la mujer era objeto de amenazas por parte de su marido.

Sin embargo, una vez analizado el informe de los Bomberos de la Generalitat sobre las causas del siniestro y de la inspección ocular de la vivienda llevada a cabo por los Mossos d'Esquadra, la juez ha concluido que no existe ningún elemento que apunte a que la explosión fue provocada por el marido de la víctima con el fin de acabar con la vida de ésta.

Por ese motivo, la magistrada ha acordado devolver el caso al juzgado que inicialmente abrió diligencias para investigar la explosión, en una resolución que aún se puede recurrir.

Desde un primer momento, los mossos no descartaron ninguna hipótesis sobre la causa de la explosión, que dejó en tan mal estado el inmueble que los equipos de la policía científica no pudieron acceder al edificio hasta finales de septiembre.

A consecuencia de la explosión, la mujer, de 50 años, falleció en el acto, y su pareja, un hombre de 60 que los Mossos sospechan que fue el causante del sucesos, murió días después en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

Otras dos personas tuvieron que ser ingresadas en el Hospital de Can Ruti de Badalona (Barcelona) y catorce vecinos más resultaron heridos de diversa consideración, aunque fueron dados de alta el mismo día.

Las 36 familias que residían en el edificio siguen sin poder acceder a sus casas, y algunas de ellas han encontrado un alquiler temporal y otras se han alojado en casas de familiares y amigos.