El intento de golpe en Turquía sobresalta el final de la cumbre Europa-Asia

La cumbre de líderes de Europa y Asia (ASEM) concluyó hoy con el sobresalto por el intento de golpe de Estado en Turquía, que eclipsó otras cuestiones internacionales que estaba previsto tratar en el encuentro, como las disputas de soberanía en el mar de China Meridional.

Si el atentado ocurrido el jueves por la noche en Niza (Francia) dominó ayer el inicio de la cumbre, a la que asistieron jefes de Estado y Gobierno o representantes de alto nivel de 51 países europeos y asiáticos, hoy fue el intento de golpe de Estado en Turquía el que marcó el final de la reunión.

Los jefes de Gobierno y ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) que participaron en esta cumbre en Ulán Bator (Mongolia) mantuvieron una reunión aparte sobre Turquía, y los líderes del bloque comunitario emitieron un comunicado de condena.

En él, describen a Turquía como un “socio clave” de la UE y subrayan su completo apoyo al Gobierno “elegido democráticamente”.

“Pedimos el rápido retorno del orden constitucional de Turquía”, añade el texto, firmado por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk; el de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la Alta Representante de Política Exterior, Federica Mogherini.

En la rueda de prensa al final de la cumbre, Tusk subrayó que “la pregunta clave es cómo saldrá Turquía de esta crisis y afrontará las consecuencias”.

Algo que, añadió, “será crucial no sólo para ese país, sino para toda la región y sus relaciones con la UE”, ante las negociaciones abiertas para su ingreso desde 2005 y su rol crucial en el tránsito a Europa de inmigrantes desde Asia, especialmente refugiados sirios.

La canciller alemana, Angela Merkel, presente en la cumbre, no hizo declaraciones en público sobre lo ocurrido en Turquía, pero aseguró respaldar la postura de la UE, según su portavoz.

La asonada en Turquía desvió la atención de asuntos que, de otro modo, habrían captado más interés, como las disputas territoriales que China mantiene con países vecinos en el mar de China Meridional o el contencioso norcoreano, de los que se habló pero en menor grado.

El primero era de especial actualidad, después de que tres días antes del inicio de la cumbre la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya fallara a favor de Filipinas en relación a sus disputas con China por unos territorios en esas aguas.

Mientras el Gobierno chino había mostrado su firme oposición a que fuese uno de los temas discutidos durante la cumbre, hubo intensas conversaciones a nivel de altos funcionarios acerca de si se mencionaba en el documento final de la presidencia.

En lo que parece un relativo triunfo de China, ni el documento de la presidencia del país anfitrión ni la declaración conjunta de los asistentes mencionan explícitamente el mar de China Meridional, si bien el primero sí cita algunos asuntos relacionados.

Tusk admitió hoy que “no es fácil lograr acuerdos con nuestros colegas chinos cuando se trata de este asunto. Nuestras charlas han sido difíciles, duras, pero también prometedoras”.

En cuanto a la situación en Corea del Norte, los líderes reunidos en Ulán Bator “condenaron en los términos más firmes” los programas atómico, balístico y de otras armas de destrucción masiva del país, e instaron a reanudar negociaciones para la desnuclearización.

Asimismo, subrayaron “la necesidad de una respuesta regional e internacional” ante “las emergencias humanitarias sin precedentes”, como “la migración, la crisis de refugiados y el tráfico de personas en Asia y Europa”.

Otros temas, entre ellos la lucha contra el cambio climático, el impulso de la “conectividad” o los retos económicos globales también fueron discutidos por los asistentes, según los comunicados finales.

En ellos no hay mención concreta, en cambio, al problema de exceso de capacidad industrial que afronta China, que sí se trató a nivel de altos funcionarios y finalmente no se incluyó, según explicaron a Efe fuentes diplomáticas.