La izquierda uruguaya pide mantener la “llama encendida” y la oposición un cara a cara

El candidato de la gobernante coalición de izquierdas, Tabaré Vázquez, favorito en las encuestas, quiere mantener la “llama encendida” y el aspirante de la oposición, Luis Lacalle Pou, pide un cara a cara que sirva de revulsivo en la segunda vuelta electoral en Uruguay el próximo 30 de noviembre.

Vázquez, del Frente Amplio (FA) y que ya fue presidente entre 2005 y 2010, recorre hoy tres pequeños pueblos de los departamentos de Rivera, Cerro Largo y Treinta y Tres para “agradecer” el apoyo recibido el 26 de octubre, en la primera vuelta.

Vichadero, Isidoro Noblía y Santa Clara de Olimar, pueblos de pocos miles de habitantes, fueron los elegidos por Vázquez y el aspirante a la vicepresidencia, Raúl Sendic, para ratificar la necesidad de “mantener la llama encendida” de la militancia, destacaron hoy fuentes de sus partidos.

El candidato de la izquierda insiste en cada uno de sus discursos sobre la necesidad de evitar el exceso de confianza con miras al 30 de noviembre, cuando se decida quien será el futuro presidente de Uruguay, destacaron fuentes de su sector político.

Según las últimas encuestas conocidas esta semana, Vázquez tiene entre el 52 y el 53 % de intención de voto, frente a entre 35 y 39 % de Lacalle Pou, candidato del Partido Nacional (PN) o “Blanco.

Esas cifras superan con claridad el 47,9 % de votos que logró el FA en la primera vuelta de las elecciones, donde se aseguró, además, retener la mayoría (50 de 99) en la futura Cámara de Diputados que tomará posesión el 15 de febrero.

Del resultado de las urnas surgió también que la izquierda se aseguró 15 senadores de un total de 31 y el decimosexto, con derecho a voz y voto y que presidirá la Cámara de Senadores, será el compañero de candidatura de quien resulte electo presidente.

Pese a la amplia ventaja que le otorgan las encuestas y que, según los expertos, es casi “imposible” que Vázquez pierda frente a Lacalle Pou, el candidato de la izquierda machaca en sus mensajes sobre la necesidad de “no dar un solo paso atrás” y “seguir firme en la militancia” de cara a la votación del último domingo del mes.

La amplia victoria conseguida por el FA le quitó calor a la segunda parte de la contienda electoral y, en Montevideo, donde residen la mitad de los 3,4 millones de uruguayos, prácticamente han desaparecido los carteles, avisos publicitarios, canciones de aliento y mítines que inundaron la ciudad hasta hace tres semanas.

En medio del panorama cuesta arriba que se le presenta, Lacalle Pou busca algún revulsivo para mantener la esperanza de sus seguidores y atraer a los indecisos, que son aproximadamente entre el 5 y el 8 % de los 2,6 millones de personas habilitadas para votar.

El aspirante nacionalista y su compañero de candidatura, Jorge Larrañaga, recorren también hoy los departamentos de Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo.

En sus discursos ambos insisten con la necesidad de debates, algo que Vázquez descartó hace tiempo, y en atacar la inseguridad pública, principal preocupación de los uruguayos.

Así, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, es blanco de permanentes críticas y lo mismo sucede con los responsables de los temas de educación, la segunda reclamación de la población.

El Partido Nacional logró el 30,9 % de los votos en la primera vuelta de las elecciones y, de cara a la segunda, tiene el respaldo del Partido Colorado, el otro tradicional del país, que recibió el 12,9 % de los sufragios.

Aún con ese apoyo, sumado a la campaña que realiza el derrotado candidato presidencial colorado Pedro Bordaberry en favor de Lacalle Pou, los números se mantienen en su contra.

El próximo 30 de noviembre los uruguayos volverán a las urnas, en jornada con voto obligatorio, para definir el sucesor de José Mujica y el futuro jefe de Estado a partir del 1 de marzo de 2015.