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El junco que se dobla pero sigue en pie

Cayo Lara, Antonio Maíllo y Alberto Garzón, en el cierre de campaña de Izquierda Unida en Sevilla. / Gerardo Tecé

Gerardo Tecé

A los pies del puente que conecta Sevilla y Triana hay una pequeña explanada en el lado de Sevilla, conocida popularmente como el Muelle de la sal. Allí se congregaron el viernes en torno a un escenario junto al río unas 1.000 personas, que podrían ser 2.000 o ser 500, ya que nunca he sabido calcular concentraciones de gente. Era el mitin de cierre de campaña en el cual se le prestaba apoyo al joven Daniel González, candidato de IU a la alcaldía de Sevilla.

Daniel era el candidato pero no el protagonista. Con teloneros como Alberto Garzón, Cayo Lara o Antonio Maíllo es complicado. El ambiente que se respiraba en el muelle de la sal no era festivo ni tampoco ilusionante, sino más bien algo parecido a eso que se llama militancia. Y la militancia debe ser un concepto más habitual entre los mayores que entre los jóvenes a juzgar por la media de edad de los asistentes al mitin.

“Somos como el junco que se dobla pero que siempre sigue en pie”, explicaba nada más estrenar el acto la argentina de la lista de IU en Sevilla, Nora Casalanga, dando pistas de por dónde irían los tiros a lo largo de la tarde o visto de otra manera, resumiendo tan bien que bien la situación actual de IU que podía haber empezado en ese mismo momento el desmontaje del escenario. Se dobla pero sigue en pie. Me gustó mucho esa frase con la que la argentina explicaba a la perfección ese ambiente de militancia que podía percibirse probablemente desde el otro lado del río, en la orilla de Triana.

Tras la argentina, turno para Alberto Garzón, estrella indudable de la tarde a juzgar por el número de apretones de mano y peticiones de fotos con el teléfono móvil. Nada más plantarse ante los asistentes, el candidato a la presidencia del Gobierno por Izquierda Unida tira a por rival directo: Mariano Rajoy. Garzón se hace eco de la noticia publicada unas horas antes sobre el jet de Florentino Pérez con el que Rajoy se había desplazado a un mitin en Valencia.

Tras la referencia al presidente del Gobierno y mientras los organizadores acomodaban en primera fila a una señora mayor que no había conseguido asiento y quería ver de cerca al yerno perfecto de la izquierda, Alberto volvía al junco, ahora explicado con otras palabras: “Pase lo que pase, sea cual sea el resultado en las elecciones, cada concejal de IU es un seguro que tienen los ciudadanos de que ahí hay alguien que pelea por la dignidad”.

A los aplausos de los asistentes con bandera de IU se unen los de los trabajadores de Movistar en huelga, presentes en el mitin con el polo de la empresa, caja de resistencia de cartón y escalera desde la que cuelgan camisetas con la serigrafía: “huelga de técnicos, no a la esclavitud”.

Aunque la tarde no es demasiado calurosa, una hora de mitin al sol de Sevilla empieza a notarse. Los organizadores reparten abanicos de cartón con el eslogan: “Es tiempo de izquierdas”. Tras varias referencias literarias a clásicos, relacionándolos con la situación política actual, Garzón deja clara su sensibilidad por el estudio por si allí alguno aún no lo tuviera claro: “La batalla cultural es fundamental. Cada libro que lee una persona de izquierdas fortalece a la organización”. Y de postre referencia a Platón con “la izquierda saliendo de la caverna”.

Alberto Garzón anuncia que va acabando para, como siempre que se dice esto, no acabar. Le dedica los últimos minutos a contar una anécdota: “Contaba José Sarrión, profesor y candidato de IU por Castilla y León que cada año al empezar el curso le pregunta a sus alumnos cuál es el Gobierno más malo del mundo. Las respuestas todos los años coincidían: Cuba y Venezuela. ¿Quiénes son los presidentes de Cuba y Venezuela? Castro y Maduro, sabían responderle los alumnos. Entonces José Sarrión les pregunta ¿Y quién es el presidente de Portugal, que está aquí al lado de Salamanca y habéis estado muchas veces? Ninguno lo conocía. ¿Cómo es posible que sepáis tanto de Cuba o Venezuela y nada de Portugal? Tened cuidado, a ver si alguien va a estar pensando por vosotros. Lo que les pasa a los alumnos de Sarrión es lo que les ocurre a algunos trabajadores a los que les parece una utopía lo que propone IU de rescatar a las personas, pero no es para ellos una utopía rescatar al sistema financiero. Han pensado por nosotros. Queremos otro mundo que es posible técnicamente. Más temprano que tarde lo conseguiremos. Salud y República”, se despedía Alberto Garzón.

Varias personas que paseaban por el río en bicicleta se paran a mirar aquella concentración de banderas de Izquierda Unida, el Sahara y la República mientras Garzón baja del escenario y María Jesús, número 3 de la candidatura, da paso a Antonio Maíllo, al que presenta como coordinador general de la Junta de Andalucía. Maíllo la corregía al llegar al micrófono: “María Jesús se acaba de inventar un cargo nuevo”.

No fue María Jesús la única en tener un lapsus. A los pocos minutos de intervención, al coordinador de IU Andalucía Maíllo se le cuela un “círculos” cuando enumera las formas de lucha al margen de la política institucional. Risas a la orilla del Guadalquivir. “Los círculos también valen, todo vale si hablamos de organizarse en la calle”, sale airoso Antonio, que ya bromea cuando le toca señalar a los de arriba unos minutos después llamándolos “cas…pa”.

La presencia de Alberto Garzón y su cabeza llena de libros provoca un efecto por el que si en alguna de las intervenciones no se nombra un clásico o una referencia mitológica, da la sensación de que se abrirá una trampilla bajo los pies y Arturo Valls tirará de la palanca para que caiga el político de turno: “Seamos como Prometeo, veamos las cosas antes de tiempo”. En un mitin del PP a un candidato se le ocurre una referencia de ese tipo y le abren expediente por brujería.

Cuando Cayo Lara sube ya es más noche que tarde y los focos que iluminan el escenario atraen a los mosquitos que viven cerca del río. De primer plato, igual que Alberto Garzón, una tapa de Mariano Rajoy: “Lo he echado de menos en esta campaña fotografiándose en la cola del INEM”. Tampoco se olvida de Aznar, “la joya del PP”. “Dice que no se avergüenza de nada”, y Cayo Lara enumera una lista interminable de cosas por las que debería avergonzarse, levantando los aplausos de los presentes, que hasta ese momento estaban bastante paralizados. Lo que no consiga Aznar… Y concluye: “lo que pasa es que para avergonzarse hay que tener vergüenza”. Y al paso de una especie de barco pirata para niños que recorre el Guadalquivir acaba la intervención de Cayo Lara recitando una poesía de su tierra, librándose así de la segura aparición de Arturo Valls por la trampilla.

Ha sido un mitin largo y con muchas intervenciones y se nota en la cara de los militantes, que esperan a que Daniel González intervenga, que es para eso para lo que se había montado todo esto. Después de cinco intervenciones anteriores al candidato a la alcaldía no le queda más remedio que repetir lo ya dicho. Al poco de explicar que a él no lo invitan a discutir con Marhuenda a La Sexta y que eso no le importa porque IU no es marketing, sino hoja de ruta, el acto acaba. Himno de Andalucía con todos sobre el escenario puño en alto. Aplausos, abrazos y hasta la próxima militancia.

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