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La justicia belga da tres meses al rey emérito Alberto II para someterse a un test de ADN por una demanda de paternidad
El Tribunal de Apelación de Bruselas ha dado este lunes al rey emérito Alberto II tres meses para someterse a una prueba de ADN y comprobar si es el padre de Delphine Boël, que busca el reconocimiento como hija del que fuera jefe de Estado belga.
El escrito de los jueces “ordena” que se realice “un test genético comparando el ADN de Delphine Boël con el del rey Alberto II y Sybille de Selys Longchamps”, madre biológica y amante reconocida del anterior monarca de Bélgica. Los jueces tomaron esta decisión tras confirmar que Jacques Boël, su padre legal, no es su progenitor biológico.
Con esta nueva decisión, el tribunal revoca su anterior fallo en contra de pedir una prueba de paternidad del pasado mes de junio. De negarse a someterse al test podría reforzarse la presunción sobre su paternidad, aunque es posible que la defensa de Alberto II recurra la decisión al Tribunal de Casación de Bruselas.
Boël presentó su primera demanda de paternidad a Alberto II en el año 2013. Su existencia salió a la luz en 1999 como consecuencia de la publicación de una biografía no autorizada de la reina Paola.
Cuando la baronesa de Selys Longchamps rompió el silencio, detalló la relación que mantuvo durante años con el rey, asegurando que Alberto II y la reina Paola estuvieron en dos ocasiones al borde del divorcio, en 1969 y 1976, y además difundió fotografías de una joven Delphine junto al entonces monarca.
Alberto II reconoció en una entrevista concedida a la cadena de televisión RTL en junio de 2014, apenas unos meses de que estallara el caso, que su matrimonio con Paola pasó por momentos difíciles, pero nunca ha reconocido la paternidad de Delphine Boël.