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La justicia investigará las cuentas del exministro de Hacienda de Brasil
Un tribunal suspendió hoy el secreto judicial de las cuentas del exministro de Hacienda de Brasil Guido Mantega ante la sospecha de que pudo haber incurrido en maniobras que propiciaron unas multimillonarias evasiones de impuestos.
La decisión fue adoptada por el magistrado Vallisney de Souza, del Tribunal Federal de Brasilia, quien investiga si Mantega influyó en el nombramiento de diez directores del Consejo Administrativo de Recursos Fiscales (CARF), adscrito al Ministerio de Hacienda, que son sospechosos de haber amparado esos fraudes.
Según las autoridades, los antiguos directores del CARF habrían manipulado expedientes de casos de evasión para favorecer a cerca de sesenta empresas procesadas por la Receita Federal, ente recaudador de impuestos del país.
El desfalco comprobado por las investigaciones asciende a 5.700 millones de reales (unos 1.500 millones de dólares), pero la Policía sospecha que los daños al erario público pueden llegar en realidad a unos 19.000 millones de reales (5.000 millones de dólares).
En el caso de Mantega, la justicia también intentará esclarecer su relación con el empresario Víctor Sandri, uno de los implicados en el asunto y con quien tendría una relación de amistad desde hace dos décadas, cuando le vendió unos terrenos.
Mantega fue uno de los hombres más influyentes de Brasil durante los dos mandatos del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y en el primer período de la actual mandataria, Dilma Rousseff.
En 2003, cuando Lula llegó al poder, asumió el Ministerio de Planificación, y en marzo de 2006 asumió la cartera de Hacienda, después de que su entonces titular, Antonio Palocci, se vio obligado a renunciar en medio de sospechas de corrupción.
Cuando Rousseff ganó las elecciones de 2010, lo mantuvo durante todo su primer mandato como ministro de Hacienda, pero al iniciar su segunda gestión, el pasado 1 de enero, lo sustituyó por Joaquim Levy.
Mantega, nacido en Italia en 1949 pero cuya familia se estableció en Sao Paulo cuando él tenía tres años, es un reconocido economista del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen Lula y Rousseff y que es una de las formaciones más salpicadas por el escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
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