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Las elecciones y la quimera de la industria del litio en Bolivia

Un remoto lugar de Bolivia donde la campaña electoral apenas llega
La Paz —

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La Paz, 13 oct (EFE).- La industrialización del litio, uno de los proyectos más anhelados en Bolivia que hasta ahora no pasa de ser una quimera, es una de las promesas electorales que más se repite hacia los comicios del 18 de octubre, aunque con más retórica que acciones concretas.

Bolivia posee unas reservas de 21 millones de toneladas de litio, unas de las mayores de todo el mundo, la mayor parte de ellas en el salar de Uyuni en la región andina de Potosí, y en menor proporción en los yacimientos de Pastos Grandes, también potosino, y Coipasa, compartido entre el departamento boliviano de Oruro y Chile.

El litio estuvo en el foco tras la salida de Evo Morales del poder en noviembre de 2019, pues el exmandatario ha asegurado varias veces que se vio obligado a renunciar por un supuesto golpe de Estado en su contra promovido por intereses como los de Estados Unidos sobre este recurso boliviano.

Una denuncia que ha sido negada siempre en Bolivia, cuyas autoridades transitorias se limitaron a mantener los proyectos iniciados por Morales y no tomaron decisiones sobre posibles alianzas con inversionistas extranjeros.

En Uyuni opera una planta industrial de cloruro de potasio y continúa el montaje de otra industria de carbonato de litio que producirá 15.000 toneladas al año, según señaló el viceministro interino de Altas Tecnologías Energéticas, José Luis Toco.

En la localidad orureña de La Palca están unas plantas piloto que obtienen “material catódico y baterías de ión litio”, añadió.

El cloruro de potasio boliviano se usa mayormente como fertilizante y se vende en el mercado interno, en Chile, Brasil y Argentina, precisó Toco.

El Gobierno transitorio ha presentado un proyecto de un complejo industrial en Coipasa para producir anualmente cerca de 25.000 toneladas de carbonato de litio, con una inversión de unos 424 millones de dólares financiados por el Banco Central de Bolivia.

ADVERTENCIA DE REZAGO

La industrialización del litio “cien por ciento boliviana”, desde la extracción de las materias primas hasta la fabricación de baterías, es una propuesta de una década de los campesinos potosinos, dijo a Efe el investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) Pablo Poveda.

A su juicio, se avanzó poco y “se han perdido todos estos años”, porque el carbonato de litio producido en el país “no es apto” para fabricar baterías al no cumplir con el grado de pureza requerido.

Según Poveda, el Gobierno de Morales se dio cuenta de aquello, por eso “rompe la estrategia” y firmó el decreto que autorizó una sociedad mixta entre la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y la alemana ACI Systems (ACISA).

Mediante ese acuerdo se buscaba producir hidróxido de litio, entre otros componentes, de acuerdo al decreto que fue anulado luego en medio de la crisis social y política de 2019 en Bolivia.

Para el experto, la tecnología elegida en 2010 para la producción de carbonato de litio “está quedando un poco rezagada con los avances tecnológicos”, pues lo que se requiere ahora para las nuevas baterías con electrolito sólido es hidróxido de litio.

La industrialización no pudo arrancar plenamente porque no se pudo desarrollar la tecnología “cien por ciento boliviana para la producción de la materia prima”, consideró.

“Entonces todo lo que se prometió no ha quedado más que en un discurso”, agregó Poveda.El director de la Fundación Solón, Pablo Solón, dijo a Efe que no se pudo avanzar porque el tema fue manejado “políticamente”.

Solón sostuvo que la consigna de Morales de convertir a Bolivia en el “corazón energético de Sudamérica” fue “una quimera”, porque no se vio primero “cuáles son las posibilidades de exportar, a quiénes, en qué cantidad, en qué precios”, o cuáles serían las ganancias.

Bolivia tiene una de las mayores reservas de litio, pero también tiene “uno de los problemas más grandes” y es que el mineral de Uyuni tiene volúmenes de evaporación “mucho más bajos que los de Chile”, con una mayor mezcla con magnesio y sulfato, añadió.

RETÓRICA ELECTORAL Y RETOS

La Fundación Solón publicó el documento “Litio: Hablan mucho y dicen poco”, que analiza algunas propuestas electorales sobre esta industria.

Según ese análisis, todos los candidatos “ponen al litio como un tema fundamental y estratégico para su gobierno”, pero al ver sus propuestas, “son generalidades más retóricas, más discursivas”, explicó Solón.

“No hay propuestas específicas para problemas concretos”, como la disolución del acuerdo con la empresa alemana, un tema “clave porque no va a venir ningún otro inversionista extranjero mientras esto no se resuelva”, opinó.

Los candidatos tampoco se refieren a que “no ha habido producción de carbonato de litio hasta ahora sino en muy pequeñas cantidades”, indicó.

Para Solón, una de las tareas principales será definir si se mantiene la consigna de una producción cien por ciento boliviana, o se buscará un socio extranjero, como lo hizo Morales.

También consideró vital que haya estudios de evaluación de impacto ambiental y los correspondientes procesos de consulta previa a las comunidades del lugar, según lo establecido en las normas bolivianas.“Si seguimos por el camino de los tres últimos años, no se va a avanzar porque no se ha transparentado toda la información”, advirtió.

Poveda consideró que se debería buscar alianzas con empresas extranjeras, “pero siempre velando por que el Estado tenga el control de la materia prima”.

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