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Una llamada de teléfono trunca la carrera política del número 2 del PSC

Gonzalo Cortizo

La acusación contra Daniel Fernández, el número dos del PSC, nace de una llamada de teléfono que el PSOE no niega y en la que Fernández se pone en contacto con la alcaldesa de Moncada i Reixac, Maria Elena Pérez, para recomendarle la contratación de una trabajadora. Según fuentes socialistas, Fernández recomienda en esa conversación la contratación de una excolaboradora del tripartito haciendo alusión a sus méritos profesionales y su idoneidad para el puesto.

Esa recomendación podría dar al traste con la carrera política del hasta ahora número dos del PSC. En ámbitos socialistas consideran desproporcionada la acusación contra Fernández y argumentan que los hechos con los que se le relaciona nada tiene que ver con su participación en una trama organizada de corrupción que pudiera existir en torno al ayuntamiento de Sabadell. Fuentes oficiosas del partido lo resumen afirmando que “contra Fernández no hay nada, en Sabadell ya veremos”.

La conversación telefónica es registrada por los investigadores que tenían intervenidos los teléfonos de los principales responsables de los ayuntamientos sobre los que se cierne la duda de la existencia de una trama corrupta que los tribunales deberán aclarar.

Daniel Fernández, en su condición de aforado, tiene que ser juzgado por el Tribunal Supremo, órgano a quien corresponde decidir sobre las imputaciones de los diputados en Cortes Generales. En los planes políticos del ex número dos del socialismo catalán estaba el de renunciar a su acta de diputado en el Congreso para tomar posesión como diputado en el parlamento catalán. Ahora, Fernández deberá meditar qué pasos tomar y de ello dependerá qué tribunal juzga sus pasos pasados.

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