El ministro de Exteriores chino hará parada en EEUU para tratar lazos bilaterales

El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, hará una parada en Washington mañana durante su regreso de Argentina para debatir con las autoridades estadounidenses sobre las relaciones bilaterales, anunció hoy el Ministerio chino en su página web.

Wang visitará EEUU a su regreso de la primera cumbre de ministros de Exteriores del G20, que empezó el domingo en Buenos Aires y fue clausurada el lunes, y en la que se analizó la importancia del multilateralismo en un momento determinado por la tensión comercial entre Pekín y Washington.

El conflicto comercial, que se había agudizado en los últimos dos meses con la sucesión continua de anuncios de nuevos aranceles a la importación, se alivió el domingo cuando EEUU confirmó la suspensión de tarifas a productos chinos por valor de 150.000 millones de dólares.

“Hemos acordado poner en suspenso los aranceles mientras ejecutamos el acuerdo marco” comercial, aseguró el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, aunque advirtió de que esas tarifas “siempre pueden volver a imponerse” si fracasan las conversaciones con Pekín.

Mnuchin lideró la delegación estadounidense que visitó la capital asiática a finales de abril y se reunió con el viceprimer ministro chino, Liu He, y su equipo negociador con el fin de evitar una guerra comercial bilateral.

Esas primeras conversaciones, a las que los estadounidenses trajeron un documento de negociación demasiado exigente para Pekín, continuaron en Washington a principios de este mes y se reanudarán en la capital asiática de nuevo esta semana, dirigidas en esta ocasión por el secretario de Comercio, Wilbur Ross.

Al término de las dos primeras rondas de reuniones, EEUU anunció que no seguirá adelante con la imposición de tasas por 150.000 millones de dólares a cientos de productos chinos que el presidente estadounidense, Donald Trump, había amenazado con implantar por asuntos de propiedad intelectual.

La suspensión se anunció un día después de que China accediera a aumentar “significativamente” sus compras de bienes y servicios a EEUU con el objetivo de reducir el acusado superávit que mantiene en su balanza comercial con ese país, aunque no se comprometió a una meta concreta de reducción del déficit estadounidense.