Las negociaciones sirias de paz a la espera de algún avance humanitario en el terreno

Las negociaciones de paz para Siria se encuentran en su punto de partida, pero no consiguen arrancar porque la oposición reclama que el Gobierno levante los cercos militares sobre áreas con población civil, libere a mujeres y niños prisioneros y detenga los bombardeos aéreos indiscriminados.

Estos puntos están recogidos en la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU, que la delegación opositora reclama que sea cumplida antes de entrar en los contenidos políticos del proceso diplomático que se abrió hace cuatro días en Ginebra.

“La resolución no es negociable, simplemente debe aplicarse, porque lo contrario significaría el descrédito de la comunidad internacional”, declaró a Efe una de las integrantes de la delegación negociadora de la oposición, Bassma Kodmani.

Sostuvo que las cuestiones humanitarias constituyen “el oxígeno que necesitamos para empezar este proceso”, del cual “el régimen intenta sacarnos a través de todos los medios”, negándose a cualquier gesto.

Ambas delegaciones rectificaron la declaración que en la víspera había hecho el mediador de la ONU, Staffan de Mistura, quien había dado por formalmente iniciadas “las conversaciones indirectas” entre Gobierno y oposición.

“Para declarar su apertura oficial hay que hacerlo con las dos delegaciones presentes en el lugar, lo que todavía no ha ocurrido”, matizó hoy el jefe de la delegación gubernamental, Bashar Jaafari.

“Los detalles, desde el punto de vista de las formalidades, todavía no se han resuelto. Estamos en la fase preparatoria, antes de que se inicien las discusiones indirectas”, agregó.

Kodmani acusó al Gobierno sirio de hacer “perder la esperanza” a la oposición, aunque aclaró: “De ninguna manera estamos hablando de retirarnos”.

“Nosotros no estamos hablando de alivio humanitario, sino de parar los crímenes de guerra y las violaciones del derecho internacional y de los derechos humanos”, agregó.

En estas circunstancias, De Mistura pospuso la reunión con la oposición que tenía prevista para la segunda parte del día.

Otro de los obstáculos para que empiecen a tratarse los aspectos políticos de estas discusiones tiene que ver con la poca claridad que hay en relación a la composición de la delegación opositora y la participación en ella de dirigentes de los grupos armados Jaish Al Islam (Ejército del Islam) y Ahrar al-Sham (Los Libres de Sham), que el régimen sirio y Rusia consideran terroristas.

Sin embargo, hoy por primera vez el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha aceptado la posibilidad de la presencia de líderes de ambas facciones en la delegación negociadora, siempre y cuando lo hagan a título individual.

Precisó que esto no significa que se les reconozca legitimidad o se les haya dejado de considerar terroristas.

El Ejército del Islam opera en la región de Guta Oriental, que es el principal bastión opositor en las afueras de Damasco. También está presente en el norte de Siria, en la parte septentrional de las provincias de Latakia y Hama.

Por su parte, los Libres de Sham es una de las principales organizaciones armadas de la oposición en toda Siria y tiene tendencia salafista.

El representante y cofundador del Ejército del Islam, Mohamed Alloush, se encuentra actualmente en Ginebra para las negociaciones, pero no participó el lunes en la primera reunión de trabajo de De Mistura con la oposición.

La oficina de De Mistura no ha comunicado por el momento el plan de reuniones para mañana, en caso de que haya uno.

Estas negociaciones fueron promovidas por 17 países conocidos como el Grupo Internacional de Apoyo a Siria con el fin de que se pueda acordar la formación de un gobierno de unidad nacional, la redacción de una nueva Constitución y la celebración de elecciones bajo supervisión de la ONU.