La ONU denuncia los bombardeos indiscriminados sobre Trípoli

La ONU denunció este miércoles el “lanzamiento indiscriminado de cohetes” sobre Trípoli durante la pasada noche y avisó de que este tipo de ataques contra zonas civiles pueden constituir “crímenes de guerra”.

Entre el martes y el miércoles, la capital libia vivió los combates “más duros” desde el inicio de la actual crisis, según dijo a los periodistas el portavoz de la organización Stéphane Dujarric.

El barrio de Abu Salim, en el sur de Trípoli, fue objeto durante la noche de un bombardeo de las fuerzas leales al mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte de Libia, y que busca conquistar la capital.

Naciones Unidas se hizo eco de informaciones que apuntan a que al menos cinco civiles murieron y varios más resultaron heridos.

Entre las víctimas, según informes que citan a fuentes médicas, había mujeres y niños.

“El uso de armas explosivas indiscriminadas en áreas civiles constituye un crimen de guerra”, señaló en un comunicado el enviado de la organización para Libia, Ghassan Salamé.

El diplomático recalcó que en los combates debe respetarse la ley internacional y hacer todos los esfuerzos para proteger a los civiles.

“La responsabilidad por estas acciones no se limita solamente a los individuos que cometieron los ataques indiscriminados, sino también potencialmente a aquellos que los ordenaron”, advirtió.

Dujarric, por su parte, explicó que el desplazamiento de personas sigue acelerándose, con un total de 25.000 ciudadanos que han tenido que abandonar sus hogares como consecuencia de la violencia.

La ONU insiste en la necesidad de un alto el fuego o, como mínimo, de una tregua humanitaria que permita llevar ayuda a la población civil atrapada por los combates.

Las potencias del Consejo de Seguridad, mientras tanto, están estudiando un proyecto de resolución británico que exigiría un cese de las hostilidades.

La batalla en torno a la capital arrancó el pasado 4 de abril cuando Hafter, hombre fuerte del este de Libia, ordenó a sus tropas la conquista de la ciudad.

De lograr su objetivo, Hafter controlaría prácticamente todo el país, a excepción de la ciudad-estado de Misrata, tras años de división política y guerra civil.