La oposición venezolana denuncia la detención de dos alcaldes horas antes de la marcha

El excandidato presidencial venezolano Henrique Capriles denunció hoy la detención de dos alcaldes opositores del estado Guárico (centro) por los servicios de inteligencia venezolano (SEBIN), aprehensiones que se suman a una lista de opositores detenidos en esta semana.

Los alcaldes Orlando Hernández del municipio Mellado, y Pedro Loreto del municipio Leonardo Infante, ambos del estado Guárico, fueron detenidos en la madrugada, indicó el también gobernador del estado Miranda (centro) en una entrevista con la emisora local Circuito Éxitos.

El opositor sostiene que el Gobierno de Nicolás Maduro “le tiene miedo a la jornada pacífica del pueblo”, en referencia a la marcha opositora que se lleva a cabo hoy en la capital de Venezuela denominada “La toma de Caracas”.

Sin embargo, hasta el momento las autoridades no han confirmado ni desmentido estas detenciones.

El Gobierno venezolano viene denunciado supuestos planes golpistas relacionados con esta marcha, y en la última semana se han practicado varios allanamientos y detenciones que los opositores tachan de ser una “persecución política”.

El partido Primero Justicia (PJ) denunció ayer la detención de once de sus militantes que se dirigían desde el estado Anzoátegui (este) para asistir a la marcha de mañana, y que fueron detenidos por la Guardia Nacional Bolivariana.

También fueron detenidos los dirigentes opositores Yon Goicoechea y Carlos Melo por la supuesta posesión de material explosivo y se emitió una orden de aprehensión contra el diputado al Consejo Legislativo del estado Zulia (oeste) Léster Toledo, señalado de “financiamiento del terrorismo” y “asociación para delinquir”.

El propio Maduro aseguró ayer que los cuerpos de seguridad del Estado iniciaron la búsqueda de varios dirigentes opositores para capturarlos por estar supuestamente implicados en planes violentos y desestabilizadores contra el Gobierno.

Estos opositores pretendían, según Maduro, colocar explosivos “para masacrar a su propia gente” y vestir con uniformes de los cuerpos de seguridad a asesinos a sueldo “pagados por ellos para buscar muerte en las calles de Caracas”.