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La pelea familiar que acabó en tiros, huida al monte y detención del fugitivo

La pelea familiar que acabó en tiros, huida al monte y detención del fugitivo

EFE

Santander —

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Nada hacía pensar que la pelea familiar de los hermanos Simón, del pueblo cántabro de Turieno, acabara con el pequeño de ellos, Luciano, atrincherado en su casa, disparando a la Guardia Civil, huyendo en la noche y escondiéndose durante horas en el monte hasta ser de nuevo detenido en la vivienda.

Lo que comenzó la tarde-noche del pasado miércoles con la denuncia de un hermano de Luciano José Simón por haber sido amenazado con una navaja por éste, posiblemente ni la familia hubiera pensado que iba a acabar con ese hermano en el calabozo del cuartel de la Guardia Civil de San Vicente de la Barquera.

Luciano José Simon, de 58 años, pasará mañana a disposición judicial mientras esta tarde ha vuelto al lugar de los hechos: a su casa de Turieno, que fue la vivienda de toda su familia; y al monte, donde supuestamente dejó la escopeta que mantuvo en vilo durante horas a la Guardia Civil, a sus vecinos y a toda Liébana.

Eran las 20.30 horas del miércoles, 18 de julio, cuando una patrulla de la Guardia Civil de Potes acudía a la casa de Simón, como le conocen en el pueblo, ante la denuncia de un hermano por haber amenazado a la familia con una navaja tras una disputa.

Los guardias, para los que Simón es “conocido” por su relación con las drogas, fueron a preguntarle qué había pasado, y en ese momento, metido en su casa, el hombre sacó una escopeta de caza y comenzó a disparar. Justo ahí se inició lo que nadie podía imaginar y que muchos consideran “de película”.

El hombre se atrincheró en su casa con la escopeta, se colocó en una ventana del tercer y último piso de la vivienda, grande y con una amplísima finca alrededor, y comenzó a disparar a los guardias civiles que se apostaron en el exterior.

Hasta en “más de 20 ocasiones”, según aseguraba al día siguiente el coronel jefe de la Guardia Civil, Simón había disparado a los guardias. Y uno de esos tiros alcanzó a un agente en un pie, que resultó herido leve, aunque tuvo que ser ingresado y operado.

No se sabe aún si la confusión por el guardia herido, si la oscuridad de la noche -era madrugada- o si el amplísimo perímetro a cubrir fueron, solas o unidas, las causas que provocaron que los guardias no vieran salir de su casa a Simón, supuestamente por un ventanuco situado en la casa en el lado contrario desde el que había estando disparando.

Lo que sí se supo, casi tres horas después de que el agente fuera herido y de que no hubiera más disparos en ese tiempo, es que Simón se había dado a la fuga, porque, cuando los agentes del Grupo de Acción Rápida, que acababan de llegar a Turieno, entraron en la vivienda, Simón ya no estaba.

Ahí comenzó otro momento “de los que se ven en la tele”, como aseguraban vecinos de la zona. Agentes de la Guardia Civil iniciaron la búsqueda de este hombre por el monte, del que era un “perfecto conocedor”, el helicóptero comenzó a sobrevolar toda la comarca, y los accesos por carretera empezaron a controlarse y se paraban vehículos para asegurar que Simón no salía de Liébana.

El día finalizó con la información de que el operativo de búsqueda continuaría toda la noche para localizar a este hombre, que tiene antecedentes de robo con violencia, atentado contra la autoridad, lesiones y, sobre todo, ha cometido delitos relacionados con drogas, por los que ha pisado la cárcel.

El trabajo de los medios de comunicación parecía haber acabado hasta el día siguiente, en que se sabría cómo iba el operativo de búsqueda, cuando pasada la medianoche, a las 00.35 horas, los investigadores informaban de la detención de Luciano José Simón en el lugar donde había comenzado todo: en su casa.

Sin ofrecer resistencia a los agentes, agotado y aturdido, el hombre fue detenido en la vivienda, cuando iba a salir y a la que había llegado desde el monte, después de comprobar, quizá porque estuvo escondido viendo al operativo de búsqueda, que la Guardia Civil se había retirado de la casa.

Luciano José Simón, padre de una hija ya mayor con la que supuestamente no mantiene relación, tiene disputas a menudo con su familia por su forma de vida, aunque nadie de los que le conocen, entre los que muchos han dicho que es un “buen chaval”, podía imaginar que en 48 horas haya acabado siendo conocido en España como el Rambo de Cantabria.

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