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La presidenta del Congreso tiene la facultad de convocar la investidura hasta con 24 horas de antelación

Pedro Sánchez aplaude a Meritxell Batet en el Congreso.

Aitor Riveiro

¿Hay tiempo para convocar la sesión de investidura de Pedro Sánchez antes de fin de año? La respuesta corta es que . Y la larga, que la decisión dependerá de la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, quien tiene en su mano decidir cuándo convoca el Pleno para debatir y votar la candidatura de Sánchez, en el caso de que los socialistas alcancen un acuerdo con ERC que permita la primera coalición de gobierno de la democracia.

El Reglamento de la cámara establece en su artículo 54 que “el Pleno del Congreso será convocado por su Presidente (sic), por propia iniciativa o a solicitud, al menos, de dos Grupos Parlamentarios o de una quinta parte de los miembros de la Cámara”. Pero el 170, en el que se concreta el proceso de investidura, restringe aún más al señalar que es la presidenta quien convocará ese Pleno.

Lo que no indica el Reglamento es un plazo mínimo o máximo para convocar los plenos extraordinarios, como sería el de investidura. De hecho, los precedentes más próximos indican que la presidenta del Congreso podría avisar a los portavoces de los grupos parlamentarios con apenas 24 horas de antelación.

Ocurrió en octubre de 2016, cuando Mariano Rajoy recibió in extremis el mandato del jefe del Estado para acudir a un segundo intento de investidura que evitara unas terceras elecciones generales. Unos días antes, Pedro Sánchez había dimitido como secretario general del PSOE y la gestora que tomó las riendas del partido comunicó a Felipe VI su intención de abstenerse en una votación a Rajoy.

El expresidente del PP acudió al Palacio de la Zarzuela el 25 de octubre. Ese mismo día, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, envió un mensaje de WhatsApp a los portavoces de los grupos parlamentarios y convocaba el arranque de la sesión de investidura para el día siguiente, 26. Tres días después fue reelegido presidente del Gobierno.

Aquel día era sábado, lo que también rompía con la tradición de no convocar plenos los fines de semana. Lo que abre la puerta a que, desde ahora y hasta el próximo 30 de diciembre, se pueda celebrar la investidura.

El plan original del PSOE, y que según dicen en público y en privado todavía no han abandonado –aún lo defendió el viernes la portavoz Isabel Celaá en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros–, es que el debate y las votaciones se celebren entre el 27 y el 30 de diciembre. Esa posibilidad, que parece ahora más lejana, daría de margen a Batet para convocar a los diputados incluso el mismo día 26.

Sin embargo, fuentes de la Presidencia del Congreso han explicado en los últimos días que la intención de Batet es no apurar tanto los plazos. Si el 24 de diciembre no se ha cerrado el acuerdo que garantice la investidura de Sánchez, su intención es posponerlo a los primeras fechas de 2020. En ese caso, el primer día hábil para iniciar el debate es el 2 de enero, lo que llevaría la votación definitiva al domingo 5. ERC tiene la llave.

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