Un policía británico admite falso testimonio en un caso contra un político conservador

El policía británico Keith Wallis admitió hoy ante un tribunal haber ofrecido testimonio falso en un caso que enfrenta al exministro conservador Andrew Mitchell con agentes policiales por una trifulca callejera.

Wallis, de 53 años, aseguró falsamente en un correo electrónico al diputado de su circunscripción que había presenciado la discusión entre Mitchell y un policía que le impidió salir en bicicleta por la verja principal de Downing Street (sede del Gobierno) el 19 de septiembre de 2012.

Según se publicó, Mitchell profirió insultos y llamó a los policías “plebeyos”, extremo este último que el político niega, si bien el policía afectado, Toby Rowland, insiste en su testimonio y ha adelantado que lo demandará.

Wallis afirmó en su correo haber presenciado el enfrentamiento y, según se ha sabido en el juicio, incluso pidió a su sobrino que apoyara su declaración.

Tras haber admitido hoy mala conducta en cargo público, el agente, que formaba parte del servicio de protección diplomática, será sentenciado el 6 de febrero, después de que el juez reciba un informe psiquiátrico. Mientras tanto, ha sido puesto en libertad sin fianza.

El comisario de la Policía Metropolitana de Londres (MET), Bernard Hogan-Howe, se disculpó hoy ante Mitchell y dijo que la mentira de Wallis, cuyos motivos no se han explicado, había tenido “un impacto negativo en la confianza del público en la integridad de los policías”.

Además de Wallis, que ha presentado su dimisión del cuerpo, otros cuatro agentes afrontan un procedimiento disciplinario interno por supuestamente haber divulgado información, en posible alusión a filtraciones a la prensa.

Por su parte, Rowland, el agente protagonista del caso bautizado por la prensa como “plebgate”, no afronta cargos ni investigación interna por falta de pruebas, al tiempo que prepara su demanda contra Mitchell.

El “plebgate” forzó a Andrew Mitchell, que había sido ministro de Desarrollo Internacional con el Gobierno de David Cameron, a dimitir de su puesto de entonces como jefe de disciplina del Partido Conservador.

El político dijo hoy estar complacido por que “se haya hecho justicia” pero expresó su “preocupación” por el comportamiento de Wallis y apuntó que “quedan muchas preguntas por responder” en este caso.