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Policías en el estado brasileño de Ceará ponen fin a una huelga de trece días

Soldados de las Fuerzas Armadas patrullan, el pasado martes, las calles cercanas a varias playas debido a la huelga policial, en Fortaleza (Brasil).

EFE

Recife (Brasil) —

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Los policías del estado brasileño de Ceará, que completaban trece días en huelga, votaron internamente y llegaron a un acuerdo este domingo con el Gobierno regional para poner fin a una paralización que desató los índices de violencia en esa región del nordeste del país.

En una reunión celebrada este domingo, los representantes de los agentes y una comisión integrada por los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo de Ceará alcanzaron un acuerdo en el que los policías se comprometieron a retomar sus actividades este lunes.

La mayoría de los policías en huelga estaban amotinados en un cuartel de Fortaleza, la capital regional, y otros encapuchados, que se identificaban como supuestos agentes, lo hacían en escuelas públicas del estado.

Los policías pidieron que a partir de ahora los mediadores en el proceso legal al que serán sometidos no sean más de organismos regionales y que esa representación sea delegada a entes federales como la Defensoría Pública, el Ejército y la Orden de los Abogados de Brasil (OAB), el colegio que regula la profesión en el país.

El Gobierno de Ceará, por su parte, se comprometió a no transferir en un plazo de sesenta días a los policías de Fortaleza y alterar la propuesta de reajusta salarial hasta 2022 que se tramita actualmente en la Asamblea Legislativa regional.

Desde el inicio de la huelga fueron detenidos 47 policías, de los cuales 43 responden por deserción al abandonar su cargo militar, tres por participar en motines y uno por incendiar un automóvil particular. Otros 230 agentes fueron separados de sus funciones y retenidos sus distintivos y armas.

VIOLENCIA

El paro de los policías militarizados, responsables de patrullar las calles y que tienen prohibido por ley declararse en huelga por su estatus castrense, comenzó a mediados de febrero en protesta para reclamar por un aumento salarial y diversas reivindicaciones laborales.

El número de asesinatos en Ceará aumentó un 138 % en febrero, en comparación con el mismo período de 2019, una cifra que se disparó consecuentemente con los días de la paralización, según el reporte oficial divulgado el sábado por el Gobierno regional.

La Secretaría de Seguridad Pública de Ceará contabilizó entre el 1 y el 25 de febrero, último día con datos oficiales diarios, un total de 364 muertes violentas, cifra que supera los 153 asesinatos registrados en los primeros 25 días del segundo mes del año pasado.

El mismo sábado, los diputados regionales de la Asamblea Legislativa de Ceará realizaron una sesión extraordinaria para encaminar al plenario una Enmienda Constitucional para prohibir que los policías amotinados y en huelga reciban una amnistía. La iniciativa deberá ser votada el lunes o martes.

El pedido de amnistía no entró en el acuerdo suscrito este domingo.

EJÉRCITO EN LAS CALLES

El último viernes, el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro decidió prorrogar hasta el próximo 6 de marzo la presencia del Ejército en las ciudades del estado.

Bolsonaro había autorizado que las Fuerzas Armadas reforzarán la vigilancia en las calles el pasado día 20 pero sólo hasta el 28 de febrero, aunque después el jefe de Estado decidió prorrogarla ya que la protesta de los policías, que reclaman mejoras salariales y respuesta a otras demandas, no cesaba.

La violencia que se desató después del inicio de la huelga mermó gradualmente después del 25 de febrero con la presencia de los soldados del Ejército y también de la Fuerza Nacional de Seguridad, un cuerpo de elite que también ha enviado unos 300 agentes a Ceará.

Uno de los momentos de mayor tensión a causa de la huelga ocurrió hace diez días, cuando el senador laborista Cid Gomes recibió dos disparos en el pecho en la ciudad de Sobral, en el interior del estado.

El parlamentario, del Partido Democrático Laborista (PDT) y que recibió alta médica, fue tiroteado mientras conducía una retroexcavadora, con la que intentó romper un bloqueo realizado por supuestos agentes encapuchados a las puertas de un batallón policial.

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