Los populistas checos ganan los comicios regionales y desbancan a la socialdemocracia

Las elecciones regionales de la República Checa terminaron hoy con un fuerte revés para los gobernantes socialdemócratas y una clara victoria para sus socios en la coalición gobernante, el partido populista ANO, del magnate y ministro de Finanzas, Andrej Babis.

Con el escrutinio casi completado, la Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO) se lleva nueve de las trece regiones en las que se elegían las nuevas administraciones locales.

El partido socialdemócrata CSSD, del primer ministro, Bohuslav Sobotka, solo pudo retener dos de las once regiones en las que gobernaba hasta ahora, mientras que las dos restantes regiones fueron ganadas por democristianos y comunistas, respectivamente.

En los comicios para renovar 27 de los 81 escaños del Senado, ningún candidato obtuvo hoy más del 50 % de los sufragios, por lo que habrá una segunda vuelta en las 27 demarcaciones.

Sin embargo, los socialdemócratas defendían los escaños de 12 senadores y han perdido cuatro al pasar solo ocho de sus aspirantes a la segunda ronda que se celebrará el 14/15 de octubre.

Del ANO pasaron a esa segunda vuelta 14 candidatos, frente a ocho democristianos, cuatro conservadores y otros 20 candidatos de partidos minoritarios o independientes.

Socialdemócratas, populistas y democristianos cerraron filas hace tres años en un Gobierno nacional de coalición de centro izquierda, en una legislatura que expira el año que viene.

Por eso, estos comicios eran vistos como una prueba para detectar el estado actual de los miembros de tripartito.

Varias tensiones surgidas debido a la lucha contra supuestos conflictos de interés de Babis -su imperio agroindustrial recibe muchas subvenciones del Estado, y domina buena parte de la prensa- han debilitado la cohesión del Ejecutivo, aunque no parecen afectar al partido del magnate.

En porcentajes, el ANO obtuvo hoy un 21 %, seguido de los socialdemócratas, con el 15 %; los comunistas, con el 11 % ; los conservadores, con el 9 %, y los democristianos, con el 6 %.

La participación en estos comicios fue muy baja, con 34,5 % a nivel regional y un 33 % para la votación del Senado.

La campaña estuvo marcada por la crisis migratoria, en un país donde existe casi consenso entre todos los partidos en el rechazo al reparto de refugiados entre los países de la Unión Europea.