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Las presidenciales tunecinas, en la recta final con dos candidatos destacados

Las presidenciales tunecinas, en la recta final con dos candidatos destacados

EFE

Túnez —

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La campaña de las elecciones presidenciales tunecinas del próximo domingo entra ya en su recta final con dos nombres destacados sobre los demás: el favorito, Beyi Caid Essebsi, y Monsef Marzuki, candidato a su propia reelección.

Essebsi, a punto de cumplir 89 años, preside Nidá Tunis, el partido que ganó las elecciones legislativas de octubre pasado con 86 escaños, mientras que Marzuki (69 años) es el presidente transitorio del país y cuenta con el apoyo de las bases islamistas.

El partido islamista Al Nahda, el gran perdedor de las legislativas frente a Nidá Tunis, no ha querido presentar un candidato propio y, oficialmente, ha dejado “a la conciencia de cada uno” de sus simpatizantes la elección del presidente.

Sin embargo, no ha descansado en la búsqueda de un candidato consensuado, aunque sus esfuerzos, tras dos semanas de campaña, parecen haber fracasado, y por ello sus bases, o al menos las más radicalizadas que forman la Liga de Protección de la Revolución, han preferido pronunciarse por Marzuki, cuyo partido (Congreso por la República) sufrió un verdadero descalabro en las legislativas.

Los islamistas temen ahora que se les escapen por completo unas instituciones dominadas por los laicos, tanto en la Presidencia (aunque sus poderes sean simbólicos) como en el Parlamento y en el Gobierno, aún por formarse, pero que será comandado por Nidá Tunis.

Los “desturianos”, que se proclaman herederos de la tradición modernista del presidente Habib Burguiba, padre de la patria (y entre quienes se esconden numerosos prohombres del régimen de Ben Ali), presentan, por su parte, a tres candidatos, pero es un secreto a voces que sus candidaturas son simbólicas y que sus simpatizantes votarán por Essebsi.

La Coordinadora por la Unidad Desturiana (CUD) ha hecho público un comunicado en el que exhorta a votar por Essebsi, al que califica de “uno de los constructores del Estado moderno y uno de los ilustres participantes en el éxito del proceso de transición, y en vista del proyecto civilizacional que propone”.

Ante la previsible victoria aplastante de Essebsi, que como su propio partido ha sabido capitalizar el descontento con el Gobierno islamista saliente, solo se perfila la candidatura de Marzuki, pese a estar aquejado también del descrédito que ha acompañado su dubitativa gestión como presidente transitorio.

Sus mítines están contando con una nutrida presencia seguidores islamistas, tal vez en desacuerdo con su partido por no haber presentado candidato propio, e incluso cuenta con el apoyo de algunos líderes religiosos radicales.

Marzuki ha sabido hacerse eco del miedo que despierta entre algunos tunecinos el regreso de los benalistas, y por ello la semana pasada dijo en un mitin que “la verdadera guerra (electoral) es contra el 'taghut' (diablo) que quiere regresar al poder”.

Aunque la bipolarización en torno a esas dos figuras es patente, otros dos candidatos desarrollan una campaña electoral de relativo tirón popular, sobre todo en las regiones del interior del país que en su mayoría están siendo cubiertas por los mitines del Hama Hamami, líder de izquierda de la coalición del Frente Popular, que logró 15 escaños en las legislativas.

También se ha constatado una gran afluencia a los mítines del empresario y presidente del club de fútbol African, Eslim Riahi, candidato por la Unión Patriótica Libre (UPL), que se situó, con 16 escaños, como tercera fuerza política del país en octubre.

La “familia socialdemócrata” presenta por su parte a siete candidatos, y la propuesta de Mustafa Ben Yaafar, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente y candidato del partido Takatol, de unir esfuerzos para apoyar a uno en conjunto, tampoco ha cuajado.

Los siete partidos que se reunieron con Ben Yafaar sólo acordaron dejar para la segunda vuelta de las presidenciales la posibilidad de coordinarse en caso de que alguno de sus candidatos superase la primera del próximo día 23. Miguel Albarracín

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