El presunto inductor del crimen de Ardines seguirá en prisión provisional

La Audiencia de Oviedo ha confirmado el mantenimiento de la prisión provisional, comunicada y sin fianza para Pedro N.A., presunto inductor del asesinato, en agosto de 2018, del concejal de IU en el Ayuntamiento de Llanes Javier Ardines al contratar supuestamente a dos sicarios.

La Audiencia ha desestimado el recurso presentado por la defensa de Pedro N.A. contra el auto dictado el pasado 29 de septiembre por el Juzgado de Instrucción número 1 de Llanes que denegaba la puesta en libertad del detenido.

El tribunal toma esta decisión por lo elevado de la pena a la que se enfrentaría el acusado si es juzgado por un delito de asesinato, entre 20 y 25 años de cárcel.

Pedro L.N.A., amigo personal de Ardines y casado con una prima de la mujer del concejal, fue arrestado el pasado 19 de febrero en su vivienda de Amorebieta (Vizcaya) tras meses de complejas investigaciones.

Este hombre fue detenido como presunto inductor al encargar, supuestamente, el crimen a dos sicarios no profesionales, de nacionalidad argelina, movido por los celos ante sus sospechas sobre una posible relación entre su esposa y el edil.

Ese mismo día también fueron arrestados en Vizcaya uno de los dos supuestos sicarios, D.B., así como J.M.B., que según los investigadores pudo servir de enlace entre el inductor y los autores materiales.

El otro supuesto sicario, K.M., se encuentra el Suiza pendiente de ser juzgado por delitos cometidos después del asesinato de Ardines, motivo por el que las autoridades del país helvético han rechazado su entrega temporal para la realización de las diligencias de instrucción que lleva el juzgado llanisco.

En su declaración ante el juez, D.B. afirmó que el inductor del crimen les pagó a él y al otro autor material 25.000 euros y al mediador otros 10.000 euros.

Según los investigadores, el presunto inductor planeó con tiempo y detalle el asesinato del que fuera su amigo movido por los celos.

Ardines, que había renunciado a su sueldo de concejal y se ganaba la vida como patrón de barco, tenía unas rutinas y unos horarios que hacían fácil calcular sus movimientos puesto que salía a diario sobre las 6:30 horas a faenar con su embarcación “Bramadoria” antes de atender a sus responsabilidades municipales.

Algunos días antes de su asesinato, el concejal, de 52 años, casado y padre de dos hijos, comentó a su entorno algo que le había llamado la atención, el hecho de que encontrara unas vallas puestas en el camino rural por el que circulaba todas las mañanas.

En aquella ocasión, Ardines decidió bajar del coche para retirar las vallas y continuar su recorrido hasta el puerto de Llanes sin más incidencia, pero el 16 de agosto tres vallas de obra volvían a bloquearle el paso y, cuando se bajó de la furgoneta con el motor aún en marcha para retirarlas, fue sorprendido por sus asesinos.

La autopsia reveló que el concejal murió de varios golpes en la cabeza y nuca con un objeto contundente de forma que sólo pudo moverse unos metros antes de caer desplomado donde poco después fue encontrado fallecido por un vecino.