Por primera vez hay más periodistas asesinados en zonas “teóricamente” en paz

La presidenta de Reporteros Sin Fronteras en España, Malén Aznárez, ha denunciado hoy que 2015 se ha convertido en el año en el que por primera vez el número de periodistas asesinados ha sido superior en países “teóricamente” en paz que los fallecidos en zonas de conflicto.

Aznárez ha hecho estas consideraciones en la presentación del Informe Anual 2015 de la Libertad de Prensa que elabora RSF, que deja un balance de 63 periodistas asesinados, 317 encarcelados (155 periodistas y 162 internautas) y 54 secuestrados, y ha subrayado que el 64 % de los que mataron lo fue en países sin conflicto.

En ese sentido, la presidenta de RSF en España ha destacado que la masacre del semanario francés Charlie Hebdo contribuyó a invertir la tendencia de que los periodistas asesinados en el mundo lo fueran mayoritariamente en zonas de guerra.

“Pocas veces en la historia el periodismo ha sido protagonista de la realidad internacional como en 2015, un año marcado por la barbarie del ISIS que ha copado las portadas, las calles y, por desgracia, las redacciones de medio mundo”, ha lamentado.

Además de los 63 periodistas asesinados debido a su profesión, más de 40 fueron igualmente asesinados sin que se conozca todavía el motivo de su muerte; y a ellos hay que añadir 19 periodistas ciudadanos y 6 colaboradores de medios.

De los 54 profesionales que permanecían secuestrados al terminar el año, en manos de organizaciones como Daesh, Al-Nusra y Al-Qaeda, 26 lo estaban en Siria y 10 en Irak y la mayoría son víctimas locales.

Entre ellos, ha recordado Aznárez, se encuentran los periodistas “freelance” españoles, Antonio Pampliega, Ángel Sastre y José Manuel López, capturados en julio, en Alepo, y ha deseado “que pronto vuelvan con nosotros”.

Según ha indicado, la presión religiosa radical, que no es nueva para quienes hacen de la libre expresión e información su trabajo y su derecho, ha alcanzado “cuotas sin precedentes” en 2015, y no sólo en Oriente Medio o Europa, también en Asia y África.

Así, ha puesto como ejemplo que en Blangladesh se exijan redacciones sin mujeres y que los medios se abstengan de difundir imágenes de mujeres sin burka, y los “apagones informativos” que hay en Nigeria, con Boko Haran, o en Somalia con las milicias de Al Shabab.

Al panorama de Siria e Irak, se sumó en 2015 el recrudecimiento de la violencia en Yemen (5 periodistas y 3 colaboradores fueron asesinados y al menos otros 15 están desaparecidos) y el caos político y social de Libia (7 desaparecidos).

Pero el terrorismo fue también una “perfecta coartada” para limitar la libertad de información en países “teóricamente” sin conflictos, según Aznárez, que ha recordado que Egipto, con 22 periodistas en prisión, se ha convertido en la “segunda mayor cárcel” del mundo para los informadores, sólo superada por China.

Turquía “se ganó el récord” de haber encarcelado al mayor número de periodistas en el año: nueve, ha añadido la presidenta de la ONG, que ha recalcado que Somalia y México siguen un año más “en el cuadro del deshonor” de la libertad de información.

Además, Aznárez ha subrayado que los reporteros que cubrían el drama de los refugiados procedentes de Oriente Medio que intentaban entrar en Europa también han sufrido los abusos policiales en países como Hungría o Croacia.

El fundador del centro sirio de medios y libertad de expresión Mazen Darwish, que ha estado encarcelado durante más de tres años y ha sido apadrinado por periodistas españoles, y su esposa Yara Bader, actual directora del centro, han relatado sus testimonios en la presentación.

“Gracias a Reporteros Sin Fronteras estoy vivo”, ha dicho Darwish, que ha animado a seguir apoyando a los colegas que lo necesitan, al igual que hizo con él el periodista Pedro Piqueras, quien se animó a colaborar porque en Siria el periodismo “no existía como tal, era el heroísmo por la información”.