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Del príncipe a la princesa: dos puestas en escena con notables diferencias

El Príncipe de Asturias en su primer discurso público durante la ceremonia de entrega de la primera edición de los premios celebrada en el Teatro Campoamor, de Oviedo en 1981.

EFE

Oviedo —

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El estreno de Leonor de Borbón en los Premios Princesa de Asturias en Oviedo trajo a la memoria la del príncipe Felipe, en 1981, con la lectura también de su primer discurso, si bien la puesta en escena de la heredera de la Corona ha tenido notables diferencias, marcadas por la España actual y la de hace 39 años.

El ahora rey hizo su primera aparición en la ceremonia de los premios con trece años, los mismos que tiene ahora su hija, que cumplirá catorce el próximo día 31.

El discurso de la princesa pronunciado ayer, viernes, compuesto por 30 líneas, se extendió cuatro minutos, cuando el de su padre, de 22 renglones, más breve, duró menos del doble (minuto y medio).

A diferencia de lo que siempre se ha sostenido, don Felipe leyó un papel mecanografiado, no manuscrito, aunque sí sería de su puño y letra el texto que luego legó a la Fundación Príncipe de Asturias como recuerdo.

Con una Constitución que apenas tenía tres años de vida, la España de Felipe de Borbón hizo que en su aparición en Oviedo todavía hubiera vestigios del franquismo, como las seis banderas con el águila de San Juan que decoraban el frontal del escenario.

El mismo símbolo lucían los dos tapices que había detrás de la mesa de honor, en la que don Felipe estuvo acompañado de sus padres, los reyes Juan Carlos y Sofía, el entonces jefe del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, dos ministros y el presidente de la Fundación Princesa de Asturias (FPA), Pedro Masaveu.

Una mesa distinta a la de Leonor de Borbón, sin presencia del Gobierno, y con el presidente de Asturias, Adrián Barbón, un cargo que en 1981 aún no se había nombrado porque el Estatuto de la comunidad, que le devolvía el estatus de Principado, solo se había aprobado dos días antes.

Otro aspecto muy diferente de ambas ceremonias ha sido el protagonismo de la mujer.

Hace 39 años, sobre el escenario del Teatro Campoamor, solo hubo dos: la reina Sofía y la hermana del presidente de México, José López Portillo, que recogió el diploma en ausencia de éste.

La única ganadora de un premio fue la filósofa malagueña María Zambrano, que no pudo estar en Oviedo por sus problemas de salud.

En la entrega de ayer, además de la princesa, la reina y la infanta, hubo cinco ganadoras -tres estadounidenses, una argentina y una polaca- y varias autoridades, entre ellas, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y la presidenta del Congreso, Meritxell Batet.

La infanta Sofía, aunque en un segundo plano, tuvo ayer su cuota de protagonismo, mientras que las hermanas del príncipe Felipe, Elena y Cristina, no participaron en la ceremonia.

Quizá como gesto para resaltar el apoyo del Ejército a la democracia tras la intentona golpista del 23 de febrero de 1981, perpetrada apenas ocho meses antes de los premios, en el escenario se situaron varios mandos militares de forma destacada.

Una estampa que nada ha tenido que ver con la de Leonor de Borbón, en una España marcada en lo político ya no por la fragilidad de la democracia, sino por el desafío independentista catalán.

En 1981, el entonces heredero de la Corona, además de su discurso, abrió y clausuró la ceremonia y dio paso a los intervinientes, funciones que Felipe VI no cedió ayer a su hija, aunque sí dejó emularle al entregar los diplomas a los premiados.

La primogénita de Felipe VI contó con su propio micrófono, mientras que al anterior príncipe le tuvieron que mover los que se habían situado delante del rey Juan Carlos, incluidos los de los medios de comunicación que también se colocaban en la mesa de honor.

El escenario del teatro de hace 39 años tuvo igualmente otros elementos diferenciadores respecto a los de este año.

En aquella etapa, la alfombra era color granate, mientras que desde hace varias ediciones, es azul, con la Cruz de la Victoria, símbolo de Asturias, en el centro y las paredes revestidas del mismo tono.

Por la España de hace 39 años, en España solo había dos canales de televisión, pero la ceremonia no se retransmitió en directo, algo que sí ocurrió ayer, también por internet.

Carlos Pérez Gil

(Recursos de archivo en www.lafototeca.com código 363831 y otros)

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