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Los progresistas del Poder Judicial buscan relegar a la vocal que se desmarcó en el caso Ruz

El presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes

Pedro Águeda

La convocatoria de la plaza del juez Pablo Ruz en la Audiencia Nacional ha supuesto un punto de inflexión en las tensiones que se viven en el Consejo General del Poder Judicial desde el principio de la legislatura. En este nuevo escenario, el presidente, Carlos Lesmes, debe abordar en los próximos días la conjura del sector progresista para que salga de la Comisión Permanente Mar Cabrejas, vocal a propuesta del PSOE que se alineó con los conservadores para sacar a concurso la plaza del juez que investiga la financiación del Partido Popular.

El CGPJ tiene aún pendiente cubrir la plaza vacante en la Comisión Permanente que dejó Mercè Pigem, vocal a propuesta de CiU que se vió obligada a dimitir después de ser sorprendida con casi 10.000 euros en metálico en la frontera con Andorra. Los seis vocales progresistas que no integran la Comisión Permanente solicitaron por escrito ir más allá y renovar el órgano en el Pleno previsto para el 18 de diciembre. La cuestión, sin embargo, no llegó a debatirse por el desencuentro total que detectó Lesmes antes de iniciarse la reunión.

La Ley Orgánica del Poder Judicial dice que “se procurará” la rotación todos los años de los miembros de la Permanente, pero no obliga a hacerlo. La intención de Lesmes era limitarse a designar al vocal que debería ocupar la silla de Pigem en ese órgano. A ello aspira Núria Díaz, perteneciente al sector más escorado del bloque conservador. Los progresistas estarían dispuestos a aceptar que el asiento de la nacionalista Pigem sea ocupado ahora por Díaz, con tal de que Lesmes renueve la Comisión Permanente y deje fuera de la misma a Mar Cabrejas, informan fuentes del CGPJ.

Hasta ahora, dos vocales progresistas se han postulado para integrar una nueva Comisión Permanente: Pilar Sepúlveda y Roser Bach. El órgano está compuesto por el presidente y cinco vocales, de los cuales tres deben ser jueces y dos juristas.  La plaza de Pigem es de jurista, por lo que Sepúlveda debería competir con Núria Díaz, con nulas posibilidades de que Lesmes ceda a aumentar la cuota de progresistas en la Permanente. De aceptar el presidente la salida de Cabrejas, la jueza podría ser sustituida por Bach. Sin embargo, en el sector conservador alegan que la Ley hace incompatible el actual puesto de Bach en la Comisión Disciplinaria, con mandato para cinco años, con el de miembro de la Permanente. Desde las sillas progresistas discrepan y consideran que se trata de una excusa. Ante una oposición frontal al nombramiento de Bach, los vocales propuestos por el PSOE y la de IU apoyarán a Rafael Mozo, según las fuentes consultadas.

Indignación en Ferraz

En la determinación de estos vocales pesa el apoyo de la dirección del PSOE para mover la silla a Cabrejas. En el secretario general, Pedro Sánchez, y su equipo cundió la “indignación” por la postura de la vocal en la votación que afectaba a Ruz. Sin embargo, el partido no se implicará en la batalla por sacar a Mar Cabrejas de la Comisión Permanente, una decisión que en último término corresponde a Carlos Lesmes.

Aunque desde el 'caso Ruz' se ha restablecido la conexión entre los vocales progresistas y Ferraz, el equipo de Pedro Sánchez ha optado desde el principio por la no intervención. En tiempos de Alfredo Pérez Rubalcaba era Antonio Camacho el encargado de lidiar con el enfrentamiento en el sector progresista, dividido entre los vocales que integraban la Comisión Permanente -Cabrejas y Álvaro Cuesta- y el resto.

La consigna entonces era preservar un clima de entendimiento en el seno del CGPJ que propiciara el mayor número posible de nombramientos de magistrados progresistas para el Tribunal Supremo. Y en consecuencia actuaban Cabrejas y Álvaro Cuesta, según fuentes de la anterior dirección socialista. Por contra, el resto de los vocales les acusaban de acatar los designios de Lesmes sin plantar batalla porque así se garantizaban un puesto en la única Comisión que goza de dedicación plena y un sueldo mensual de casi 6.000 euros.

En este ambiente, el 'caso Ruz' visibilizó el enfrentamiento. Álvaro Cuesta, muchos años miembro de la Ejecutiva socialista y hombre de partido, acató la orden de Ferraz y votó en contra de la convocatoria de la plaza, presentando una propuesta alternativa a la que finalmente fue aprobada por la Comisión Permanente. Cabrejas, amiga personal de Antonio Camacho y sin grandes vínculos con el PSOE, no atendió el requerimiento de Ferraz y se alineó con los conservadores.

La plaza de Ruz entraba dentro de un paquete más amplio, un total de 364 que cubrían comisiones de servicio, puestos refuerzo o de adscripción territorial. La convocatoria era una reinvidicación de todas las asociaciones judiciales. Sin embargo, la carrera judicial se divide entre los que consideraban que Ruz debía quedar fuera de esa convocatoria y los que denunciaban esta opción como un trato discriminatorio hacia otros magistrados. Cabrejas, jueza de carrera, votó a favor de la convocatoria para acabar con la provisionalidad de esas 364 plazas, según fuentes de su entorno. Sus detractores creen  que apoyó a Lesmes para garantizarse la continuidad en la Comisión Permanente.

 

 

 

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