Los rebeldes yemeníes niegan un informe sobre el desvío de ayuda humanitaria del PMA

Los rebeldes hutíes del Yemen rechazaron hoy las acusaciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA), que ayer denunció la venta y el desvío de la ayuda humanitaria repartida por esta agencia de la ONU en la capital yemení y en otras zonas del país controladas por el movimiento insurgente.

El presidente del Comité Revolucionario Supremo de los hutíes, Mohamed Ali Al Huti, condenó hoy en un comunicado las amenazas del PMA de suspender la ayuda en las zonas administradas por los rebeldes y las tildó de “un intento de eludir la responsabilidad de hacer frente a la hambruna en el Yemen”.

El director ejecutivo del PMA, David Beasley, pidió ayer a las autoridades hutíes en Saná que “tomen acciones inmediatas para poner fin al desvío de asistencia alimentaria y garanticen que esta llega a las personas que dependen de ella para sobrevivir”, de lo contrario el organismo “no tendrá otra opción sino suspender su trabajo”.

Al Huti consideró que estas palabras se desvían de la misión del PMA y sólo buscan “difamar”, y “sirven a la agenda de los países de la agresión”, tal y como los rebeldes denominan la coalición militar capitaneada por Arabia Saudí que interviene en el conflicto a favor del bando gubernamental.

El dirigente rebelde recordó que las autoridades en Saná habían acordado con el PMA la entrega de dinero en efectivo en lugar de alimentos y advirtió al programa de que debe cumplir lo pactado.

La agencia de la ONU declaró que ha descubierto que parte de la ayuda está siendo vendida en el mercado libre en la capital yemení y que al menos una organización local que colabora con el PMA para la distribución de asistencia ha cometido este “fraude”.

Dicha organización, que no fue citada, está afiliada al Ministerio de Educación de los hutíes en Saná, agregó el informe.

Asimismo, el PMA ha encontrado evidencias de que los alimentos eran sacados en camiones de los centros de distribución designados; de la manipulación de las listas de beneficiarios de la ayuda y los registros de su distribución por parte de responsables locales; y de que parte de la misma acababa en manos de quien no la necesitaba o a la venta.

“Esta conducta es un robo de comida de la boca de los hambrientos. En un momento en el que niños están muriendo en el Yemen porque no tienen suficiente comida, esto es indignante. Este comportamiento criminal debe parar inmediatamente”, declaró Beasley.

El PMA aseguró que está intentando mejorar todo el sistema de asistencia, introduciendo más controles y reformando el proceso de selección de los beneficiarios para asegurarse de que “la comida llega a los más necesitados”, pero que las autoridades hutíes se han resistido a estos cambios en las áreas controladas por ellos, según el informe.

El programa recordó que 12 millones de yemeníes sufren hambre severa y esta cifra podría alcanzar los 20 millones si no reciben asistencia alimentaria.