El repunte de la COVID-19 marca las elecciones legislativas de Croacia

Croacia celebra este domingo elecciones parlamentarias, marcadas por la pandemia del coronavirus y con dos grandes bloques, el centroderecha gobernante y la oposición de centroizquierda, prácticamente igualados en intención de voto.

El actual primer ministro, Andrej Plenkovic, de la conservadora Unión Democrática Croata (HDZ), se enfrenta a la llamada Coalición Restart, encabezada por el opositor Partido Socialdemócrata (SDP), liderado por Davor Bernardic.

Cada bloque cuenta con cerca del 30 % de la intención del voto, según los sondeos de opinión más recientes, con cierta ventaja para la HDZ, sobre todo si acaba aliándose con el nuevo Movimiento Patriótico (DP), un partido ultranacionalista que ronda el 10 %.

LA PANDEMIA DOMINA LA CAMPAÑA

El asunto dominante de la campaña fue sin duda la COVID-19 a pesar de que Croacia, país adriático de 4,5 millones de habitantes, se ha visto por ahora menos golpeada por la pandemia que otros.

Los 2.830 contagios y 108 fallecidos registrados hasta este jueves representan datos muy bajos en comparación con otros países, pero en los últimos días de la campaña se registró una subida de las infecciones.

Si hace unas semanas la situación parecía favorecer a la HDZ, este repunte podría causar un giro en la percepción ciudadana.

Según los analistas, un eventual giro hacia el bloque opositor, compuesto por una decena de partidos, no se debe a la figura del líder socialdemócrata Bernardic, un físico y economista de 40 años de edad, que dirige el SDP desde el año 2016.

Si bien su juventud, energía y formación académica inspira cierta confianza ciudadana, su falta de carisma y la ausencia de un mensaje político claro hace que sea menos popular que su formación en las encuestas.

CRÍTICAS A PLENKOVIC

Mientras, el propio Plenkovic ha sido objeto de duras críticas por haber permitido al número uno del tenis mundial, el serbio Novak Djokovic, organizar hace dos semanas un torneo de tenis en la ciudad croata de Zadar, donde no se respetaron las medidas de precaución sanitaria y aparecieron algunas infecciones.

Varios tenistas y entrenadores dieron positivo por coronavirus y los medios se llenaron de imágenes de Plenkovic apretando manos y posando ante las cámaras junto a Djokovic y a su entrenador, el legendario tenista croata Goran Ivanisevic, ambos contagiados.

Pese a ello, el primer ministro rechazó someterse al aislamiento al que fueron obligados otras personas que estuvieron en contacto con los contagiados.

“Plenkovic llegó a ser el protagonista principal del caos y el desorden, el que mandó el mensaje a los turistas extranjeros de que Croacia no es tan segura como trataba de lucir”, criticó el semanario Express.

VOTACIÓN ADELANTADA

Cuando en mayo parecía que el virus iba a desaparecer, la HDZ y Plenkovic, con su popularidad en alza por la buena gestión de la epidemia, decidieron adelantar las legislativas que estaban previstas para después del verano.

“La HDZ se apresuró a convocar elecciones en medio del verano porque quiso capitalizar su buen manejo de la epidemia, apuntando a que puede afrontar grandes retos mejor que sus rivales”, asegura el analista Dejan Jovic en declaraciones a Efe en Zagreb.

Por primera vez la HDZ había superado en las encuestas al bloque de centro izquierda, lo que impulsó al primera ministro a aprovechar la ocasión, agrega el experto de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Zagreb.

CRISIS y CORRUPCIÓN

Otro posible motivo para adelantar las elecciones, según Jovic, era acudir a las urnas antes de otoño, para cuando se teme que la crisis económica de la COVID-19 se sienta con más fuerza.

Según las estimaciones de la Comisión Europea, la economía croata se contraerá este año un estimado 9,1 %, sobre todo por la parálisis casi total del turismo en medio de la pandemia.

Por otra parte, el gobierno de Plenkovic se ha visto sacudido por una serie de escándalos o sospechas de corrupción, que causaron la dimisión de una decena de ministros en los últimos años.

El índice de percepción de corrupción de la ONG Transparencia Internacional (TI) sitúa a Croacia en solo 47 de 100 puntos, el nivel más bajo en cinco años.

Vesna Bernardic