El retorno de rohinyás a Birmania se hará en grupos de 150 personas cada día

La repatriación de parte de los 723.000 miembros de la minoría rohinyá que escaparon de Birmania (Myanmar) a Bangladesh el año pasado comenzará el próximo día 15 y se hará en grupos de 150 personas cada día, informaron hoy las autoridades birmanas.

La primer tanda de 2.251 refugiados comenzará su retorno el próximo jueves de manera escalonada durante unos 15 días, detalló hoy en una rueda de prensa en Rangún el ministro birmano de Asuntos Sociales, Win Myat Aye.

Los grupos irán llegando tras un trayecto en barco de unos 90 minutos al centro de recepción de Nga Khu Ya y se alojarán temporalmente en el campamento Hla Phoe Kahung, ambos en el estado de Rakáin (antiguo Arakan), explicó el Ministerio de Asuntos Exteriores birmano.

El Gobierno birmano aseguró hoy que los retornados que dispongan de la documentación oficial podrán establecerse libremente en 42 aldeas del distrito de Maungdaw.

Aunque en un principio las autoridades cifraron en 2.260 el número de rohinyás que iba a volver este mes a Birmania, el ministro aclaró hoy que serán finalmente 2.251 y que el error se debió a que algunos nombres estaban duplicados.

El ministro de Asuntos Exteriores reveló hoy además que Birmania ya ha enviado al Gobierno de Bangladesh la lista de otras 20.000 personas para la próxima repatriación, aunque no ha detallado cuando se espera llevar a cabo.

Los Gobiernos de Bangladesh y Birmania anunciaron el pasado 30 de octubre, tras una reunión en Daca, que había llegado acordado empezar la repatriación a mediados de noviembre.

El anunció llegó casi un año después de que ambos países firmaran, el 23 de noviembre de 2017, un acuerdo para el retorno de los refugiados.

La ONU y organizaciones no gubernamentales han condenado el comienzo de la operación de repatriación porque, en su opinión, no existen las condiciones para el regreso de los rohinyás a Rakáin, el estado en el oeste de Birmania del que huyeron tras la violencia que estalló a finales de agosto del año pasado.

Más de un millón de rohinyás, una comunidad mayoritariamente musulmana que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos considera “apátrida”, han escapado de Birmania en distintas oleadas desde finales del siglo pasado.

La última avalancha comenzó con la operación militar lanzada para capturar a los miembros del Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) que habían perpetrado una treintena de atentados coordinados en Rakáin el 25 de agosto de 2017 y llevó a 723.000 rohinyás a buscar refugio en Bangladesh.

Un informe de la ONU presentado el pasado septiembre calificó la operación militar en Rakáin contra los rohinyás de “genocidio intencionado”, además de hallar indicios de crímenes de guerra y contra la humanidad.

Las autoridades birmanas, que han rechazado este informe, consideran a la mayoría de los rohinyás en su territorio emigrantes bengalíes y les someten a numerosas restricciones, como la limitación de la libertad de movimiento.